La mayoría de la población pasa unas 11.000 horas en su vida mirando la televisión, más tiempo que trabajando.
La televisión nos enseña que, para ganar, es normal eliminar, humillar y ser sádico.
El impresionante documental que narra el experimento sobre la obediencia ciega de la mayoría a la autoridad, deja claro que el poder de la Televisión es superior al poder de la Iglesia, pues la mayoría aceptó obedecer órdenes que contradicen las mínimas normas morales de bondad y compasión.
En "El juego de la Muerte", los realizadores franceses Bonot, Amado y Blanc demuestran cómo la mayoría de los humanos, el 80%, obedece a normas peligrosas que pueden poner en riesgo la vida de los demás por miedo (miedo a la soledad, miedo al ridiculo, miedo al qué dirán, miedo a no dar la talla...) y por incapacidad a oponerse a las órdenes, en este caso dadas por una simple vedette de la Televisión francesa.
Ya en 1979, el cineasta francés, Henri Verneuil realizó la película " I... como Icaro" en la que describía cómo el ser humano tiende a la obediencia ciega a la autoridad, una cuestión estudiada por Milgram en los años 60.
Tenemos que educar en aprender a decir NO, en escuchar nuestra consciencia, en poner siempre nuestra SER en su integridad en el medio de cada una de nuestras acciones.
Este es el verdadero cambio.
