Más de una vez he hecho referencia a mis experiencias grupales y, especialmente, a la sensación con la que casi siempre acabo estas acciones, la sensación de que las personas tienen una gran necesidad de hablar de empleo.
Las actividades grupales son para mi una de mis principales formas de aprendizaje. Antes de hacerlas me obliga a prepararlas y a recopilar información y contenidos específicos, dependiendo del público al que vaya a dirigirme.
En los últimos meses he tenido que repasar la situación de la industria cultural y creativa o he tenido que ampliar/adquirir conocimientos sobre los recursos de determinadas zonas como la que rodea a Ribeiro de Miño, en la comarca do Ribeiro. Por cierto, que la pongo de ejemplo porque es uno de esos pequeños paraísos por explotar, con villas, balnearios, termas de aguas calientes, turismo cultural y si, un vino excelente. Un lugar al que ir, pero también un lugar con mucha capacidad de desarrollo y de generación de empleo.
Pero no es de esas maravillas de las que quería hoy hablar aquí. De lo que quiero hablar es de estas últimas acciones en las que he aprendido mucho y he vuelto a sentir esa necesidad que mencionaba, la necesidad de abordar problemáticas del mercado laboral con unos mínimos conocimientos técnicos. Porque esto es uno de los elementos más importantes de las acciones grupales, crean espacios en los que tratar el tema del empleo desde un punto de vista profesional.
Aunque me gusta centrar mi discurso en los cambios que la red y la tecnología están imponiendo en el mercado de trabajo y en la búsqueda de empleo, muchas personas suelen quedarse a hacer preguntas sobre otras cuestiones. Temas como la edad, sobre cómo gestionan la edad en los procesos de selección, cuestiones sobre Linkedin o la redes sociales en general (me preguntan mucho si yo he encontrado oportunidades utilizando redes sociales), si las nuevas herramientas están presentes en las pymes a las que se dirigen… Todas cuestiones que están en la mente de cualquier persona preocupada por su futuro profesional y que precisan de respuestas técnicas.
Las sesiones grupales permiten, como digo, conversar sobre estas cuestiones, bien en el marco del gran grupo, bien en pequeños grupos a posteriori. Pero, ¿ qué más aportan las acciones grupales centradas en temas de empleo ?
- La posibilidad de que las personas se acerquen al mercado de trabajo con datos y asesoramiento profesional, superando las conversaciones de amigos.
- Multiplican la difusión de algunas ideas clave con las que precisamos llegar de forma urgente a un amplio número de personas (competencias digitales, formación, cambio permanente…)
- La capacidad inclusiva de la actividad y sus posibilidades para la generación de sinergias. No todas las personas tienen los mismos conocimientos sobre un tema (la tecnología y el mercado de trabajo, por ejemplo) y aquí se encuentran opciones para cooperar.
- Opciones de debatir y contrastar percepciones, opiniones e ideas preconcebidas dada la posibilidad de intervenir en cualquier momento.
Pero, además de todo esto, las acciones grupales son un lugar excelente en el que conocer personas con ganas de cambiar su situación, con ganas de desarrollarse profesionalmente, personas dinámicas, comprometidas, con discurso… personas que inspiran, contagian y motivan. Y eso no hay quien lo pague.