Revista Empresa

¡Necesitamos más Manzanos!

Por Eandres
¡Necesitamos más Manzanos! En una de las mejores ligas de fútbol del mundo es habitual que el foco siempre se centre en las grandes estrellas mediáticas como Cristiano Ronaldo, Leo Messi, en técnicos cómo Guardiola, o cualquier otro que tenga la suerte de entrenar a los súper clubes Barça o Real Madrid. Pero veinte plantillas dan para mucho y, con el buen nivel que hay en la LFP española, esconden grandes tesoros, que renuncian a su imagen pública centrándose "simplemente" en el maravillo objetivo de ser buenos profesionales.
Uno de esos diamantes callados, es a mi entender Gregorio Manzano, y lo está demostrando una vez más en el Mallorca. El club isleño ha estado a un minuto de conseguir jugar la temporada que viene la Champions League, pero en los últimos segundos de la liga un canterano del Sevilla logro un gol agónico que dinamitó el ansiado sueño.
A pesar del mal sabor de boca del último partido de liga, que por cierto ganaron con solvencia, la quinta plaza que han obtenido representa un grandísimo triunfo para un club que esta temporada empezó con muchos problemas económicos, con escándalos, con medio equipo nuevo, sustituyendo además jugadores como Jurado o Arango por otros de un perfil técnico, al menos sobre el papel, inferior, etc.
¿Cuál es su secreto? Un arte especial para adaptarse a las circunstancias, para positivizar y para crear equipo, sobre todo eso, porque desde mi punto de vista Manzano es un gran creador de equipos. En sus propias palabras “En todos los equipos que he entrenado he intentado crearles una dinámica de estabilidad, de confianza y de superación. Intento convencer a los jugadores de que pueden hacer mucho más de lo que en potencia tienen. Los resultados nos están acompañado y el equipo ha ido creciendo en autoestima y confianza”.
¡Necesitamos más Manzanos! Pero hay un hecho que complica aún más la situación de la plantilla mallorquina, y que evidencia más todavía la talla de Manzano como líder: el equipo a día de hoy todavía no ha cobrado parte de sus fichas correspondientes a la temporada pasada.
Es decir el técnico jienense partiendo de un grupo de jugadores técnicamente normal, inmerso en un entorno inestable, con una situación anímica baja por no cobrar lo que se le debe, ha conseguido el pequeño milagro de mantener al Mallorca en puestos de competiciones europeas durante toda la temporada… ¡Desde la primera jornada!
Un gran ejemplo de cómo un verdadero líder, con humildad y constancia, con saber hacer y sin aspavientos, ha conseguido que un grupo de personas normales, con motivos para no querer entregarse, como es el vil metal, se hayan convertido en un verdadero equipo que consigue unos resultados muy por encima de sus posibilidades teóricas.
¿No os resulta familiar la situación de la que partió el Mallorca? ¿Quizás se parece al momento que vivimos en nuestro país? ¿Quizás a la que vivimos en nuestras empresas? Sin duda somos un grupo de profesionales, lo de técnicamente normales seguro tendrá sus detractores y sus defensores, por lo que la media la podemos dejar ahí. El entorno político, económico y empresarial en el que nos movemos está en permanente cuestión, crítica y ebullición. Muchos han dejado de cobrar sus salarios, otros muchos, primero los del ámbito privado y muy recientemente los del público, han tenido que ver recortados sus ingresos y beneficios.
En definitiva, un grupo de personas normales, desorientadas por entorno, con el ánimo bajo y un poco intimidados por un reto lejano y difícil. Casi calcados al Mallorca de principio de temporada.
Pero hay una gran diferencia, en el Mallorca estaba Manzano. Un verdadero líder, sencillo, humilde, trasparente, con ideas, dispuesto a trabajar, capaz de generar una confianza, que un buen grupo de profesionales ha sabido convertir en compromiso. Y yo me preguntó ¿Dónde están nuestros Manzanos? ¿Dónde nuestros Manzanos políticos? ¿Dónde nuestros Manzanos Institucionales? ¿Dónde nuestros Manzanos empresariales?
Hace un par de semanas, en Dossier Empresarial, mi amigo Juan Mateo en una magnífica reflexión nos exhortaba a ser buenos profesionales y a asumir nuestra responsabilidad, pensamiento que comparto y suscribo completamente. Pero creo no es suficiente, no al menos para los que dirigimos un grupo de personas, para los que estamos al frente de una familia, de un departamento… de una empresa. Seamos Manzanos, trasformemos nuestro entorno, busquemos formas diferentes de hacer, generemos confianza, saquemos lo mejor de cada persona, porque en ausencia de grandes líderes, el liderazgo colectivo es el único que nos puede llevar hacia el futuro

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