¿Necesitas un diagnóstico facial? ¡Acude a tu esteticista!

No todas las pieles son iguales. Por eso, antes de lanzarte al uso de cosméticos sin control, necesitas un diagnóstico facial personalizado

En los últimos años, el diagnóstico facial ha adquirido cada vez más importancia. El motivo es que, por fin, comenzamos a tomarnos en serio nuestra piel. También sabemos que no hay dos pieles iguales. Por eso, hay cremas que no toleras o cosméticos que no te dan los resultados que esperabas, o que sí le han funcionado a alguna de tus amigas.

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Diagnóstico facial: conoce a fondo tu piel

El fin del diagnóstico facial es conocer a fondo tu piel. De esta manera, podrás saber sus necesidades exactas y no comenzar a utilizar cosméticos al tuntún. Además, también nos ayuda a determinar qué problemas pueden surgir en el futuro, y adelantarnos a ellos. Y es que la piel manda muchas señales que no siempre son visibles, o que no todos somos capaces de reconocer.

Ponte en las manos expertas de una esteticista

Una esteticista es una especialista de la piel. De un sólo vistazo, ella puede determinar mucho antes de lo que tú lo harías, qué problemas tiene tu piel. Pero es que, si además acudes regularmente al centro de estética, podrá hacerte un diagnóstico facial con mucha más profundidad. Después de determinar cómo es tu piel, qué problemas tiene y cómo se podrán (o no) desarrollar estos en el futuro, ella podrá recomendarte el tratamiento y los productos adecuados para tu piel.

Preguntas clave

Cuando acudas a tu centro de estética en busca de asesoramiento para tu piel, tu esteticista te hará ciertas preguntas. Estas preguntas son CLAVE para establecer un diagnóstico facial correcto. Probablemente, tu esteticista te preguntará acerca de tus hábitos en el cuidado de la piel, de los productos que utilizas normalmente, de cómo te limpias la piel, de si notas algún tipo de cambio o molestia al utilizar ciertos productos.

Objetivos para tu piel

Gracias a las preguntas de tu esteticista y a su diagnóstico, podréis establecer una serie de objetivos para tu piel. Qué quieres cambiar, qué quiere mejorar o cómo te gustaría que fuera tu piel dentro de un tiempo. Durante todo tu tratamiento, tu esteticista se preocupará por hacer un seguimiento totalmente personalizado de la evolución de tu piel, y te ayudará a que sigas con la rutina facial correcta en casa.