Revista Religión
BY RICK WARREN — Si puedes controlar la ira y el enojo en tu vida, es que basas tu identidad en Jesús, entendiendo que Él te ama incondicionalmente, que eres valioso y que Él tiene un propósito y un plan para tu vida.
Pero si basas tu identidad en cualquier otra cosa, lucharás con la inseguridad toda la vida. Puedes construir tu identidad por tu trabajo, pero puedes perder el trabajo. Puedes construir tu identidad en la imagen, pero puedes perder tu buena apariencia. Tu puedes construir tu identidad apoyándote en tu cónyuge, pero tu conyugue morirá. Tú puedes construir tu identidad en tu popularidad, pero no siempre vas a ser popular.
Si edificas tu identidad en cualquier otra cosa que puedas perder, vas a estar inseguro, y la inseguridad es la raíz de tu enojo. Hasta que tu no te sientas seguro de tí mismo, la gente va seguir presionando tus botones, es decir, te van hacer perder el control de tí mismo. Ira e inseguridad van de la mano. Cuanto más inseguro te sientas, más enojado estarás.
La Biblia dice en Proverbios 29:25 “El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido.”
Cuando estás enojado, tus labios revelan lo que hay en tu corazón. Una lengua áspera revela un corazón enojado. Una lengua negativa demuestra un corazón temeroso. Una lengua jactanciosa revela un corazón inseguro. Una lengua hiperactiva revela un corazón perturbado. Una lengua que emite juicios revela un corazón culpable. Una lengua que critica revela un corazón amargado. Una lengua sucia revela un corazón impuro
Por otro lado, una lengua que anima revela un corazón feliz, una lengua delicada revela un corazón amoroso y una lengua que se controla revela un corazón pacífico.
¿Ya sabes que necesitas hacer para deshacerte del problema de la ira? Necesitas un trasplante del corazón. Afortunadamente. Dios se especializa en ello y se llama
¡Salvación! Dios te da un nuevo corazón y una nueva identidad. Tú no necesitas encontrar tu identidad en su trabajo o en tu cuenta de banco o en tu imagen o en tus relaciones, porque tu encuentras tu identidad en lo que Dios dice acerca de ti.
Jesús puede sanar tres cosas que causan la ira: dolor, frustración y miedo. Jesús puede sanar tu corazón herido con Su amor. Jesús puede reemplazar tu corazón frustrado con Su paz. Jesús puede reemplazar tu corazón inseguro con Su poder.
Si sostienes un bebe que está llorando y lo abrazas esto lo hará sentir cálido y seguro y detendrá el llanto, ya no estará enojado. Cuando sientes seguridad y aceptación en Cristo Jesús, tu enojo se va.
Reflexiona sobre esto:
Ora esta oración: "Querido Dios, admito que tengo un problema de ira. Permito que otras personas me descontrolen, quiero vengarme, y no pienso antes de hablar. Te pido que me ayudes. Ayúdame a reflexionar antes de reaccionar.
Ayúdame a aprender a liberar mi ira de manera apropiada. Ayúdame a encontrar mi identidad completamente en ti. Abro mi corazón y mi mente a ti. Entra en mi vida. Sálvame. Realiza los cambios que solamente tú puedes hacer. En tú nombre te lo pido. Amen.”