Revista En Femenino

Necesito un descanso, ¿puedo?

Por Sheila Tabernero @sheila_pdm

Este finde ha sido físicamente durillo. El viernes dejamos al peque con su abuela y salimos a cenar con unos amigos. Me encanta salir a cenar los viernes porque se me hace el fin de semana más largo. Sin embargo, justo al empezar a cenar, me bajó la regla y no me dejó muy fina. Aguanté como pude pero a la mañana siguiente no podía salir de la cama. No sé qué narices ha pasado en mi cuerpo desde que he sido mamá, pero mis menstruaciones ya no son las que eran.
¿Os ha pasado algo parecido?

La reaparición de la regla después de la amenorrea postparto (la ausencia de la menstruación tras el parto) varía mucho de una mujer a otra. Pudisteis leer algunos casos de las seguidoras de este blog que comentaron sus experiencias al final de este post.

En mi caso concreto os contaba que las reglas han vuelto mucho más agresivas. Los síntomas premenstruales son mucho más intensos y especialmente el primer día de regla me siento totalmente sin energía, muy baja de ánimo y bastante apática. El sangrado inicial viene siendo bastante más abundante que antes, aunque sí es cierto que la duración no ha cambiado y suelen ser períodos bastante breves (unos 3-4 días).

Una foto publicada por Sheila / Blogdeunaembarazada (@trandafiras) el Nov 11, 2014 at 3:19 PST

Pero ¿Qué es lo que realmente me preocupa de todo esto? Que no consigo estar a la altura de las circunstancias. Es decir, tengo a un pequeñín merodeando todo el rato por mi lado y yo soy incapaz de moverme del sofá. Todo me molesta y lo que más deseo es poder estar tranquila. Pero a la vez necesito esa presencia constante y me siento tremendamente egoísta por no poder/querer dedicarle el tiempo que él requiere. Disfruto teniéndole cerca pero no puedo seguir su ritmo. Y deseo (en secreto) volver a mi vida de soltera y disfrutar de uno de esos días inútiles de invierno en los que las horas pasaban y no encontraba un motivo para hacer algo productivo.

Y es de nuevo, en ese momento que doy gracias por tener al lado un Santo Marido que aunque refunfuña y con razón, me ayuda y hace de padre y payaso a partes iguales. Que me recuerda que tengo que levantarme y que no puedo perder un sólo día de vivir la esencia de nuestra familia. No sé qué haría sin él en esos momentos.

Muchas veces me pregunto ¿cómo lo lleváis vosotras cuando vuestro cuerpo no acompaña pero tenéis que aguantar el tipo y sacar adelante una familia? ¿Tenemos derecho a tomarnos un descanso?


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