Revista Cultura y Ocio

Necionalidad

Publicado el 17 octubre 2014 por Icastico

El club de los necios está en auge. Es imposible irse tranquilo a cama un solo día o una sola noche. Digo día porque a veces entran ganas de meterse en el sobre con pleno sol, después de escuchar el dislate de rigor, entre los que incluyo el machuno – y más si proviene de una “macha” como Mónica Oriol – y volver a levantarme en un intento de resetear el día sin darlo por perdido. De noche es peor, se tarda en conciliar el sueño con tanta boutade como se escucha. Ya no me vale contar ovejas o recurrir al elefante (con perdón, “Juan Carlos Segundo de Rajoy”) que se balancea sobre la tela de una araña. Lo intento con botarates, pero temo que con tanto desvelo me puedan entrar un millón. Así que en lugar de entregarme a la contabilidad me puse a fantasear con la nacionalidad de esta caterva y llegué a la conclusión de que en su lugar tienen Necionalidad. Que disfruten orgullosos los miembros de tan ilustre club de ese estado sin fronteras.

Últimamente, a los altos cargos de baja estofa (cada vez más) les da por vilipendiar a la mujer trabajadora, que es la mujer por definición, diría; que se lo pregunten si no a sus madres (o a sus hijas), que se acuerden de ellas antes de hablar, ¡cuántas mierdas les habrán limpiado! y aún van por la vida sobrados de ella, para vergüenza de aquellas. Tenemos un “mierdas” ubicado en el distrito de Hortaleza (PP), apodado Ángel Donesteve (Don Nada) que ha cesado a una funcionaria de carrera porque según él era incompatible su labor como madre con sus tareas profesionales. La ha cesado porque tiene un hijo. Debe ser uno de los colmos de los colmos por cuanto, además, representa al PP en la Comisión de Familia y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Madrid. El concejal dice que la funcionaria, que llevaba 10 años en su puesto, ha hecho muy bien su trabajo y que gracias a ella ha aumentado más del 50% la producción administrativa del departamento jurídico. Mira, hija, no tengo nada más que buenas palabras para ti, no hay nada a título particular, personal o profesional que desmerezca tu labor, y por todo esto te has ganado el Premio Puta Rue. Juro que no entiendo nada.

La funcionaria no había pedido en ningún momento una reducción de jornada ni medidas de conciliación de la vida familiar y laboral; hacía su horario (08:00 a 15:30) y otras labores (consejo de seguridad o territoriales) por las tardes, cuando procedía, sin que hubiera nunca que suplir su ausencia. No es que ella no rindiera, es que el concejal le exigía que, como jefa de oficina, debía hacer que los demás rindieran al máximo y debe ser aquí donde un hijo resulta un impedimento.

Ana Botella se indigna a tope. Ahora que ya no se presenta a la alcaldía 2015 se desmelena total (suele ocurrir), valiente, dura. Le canta las cuarenta a su subordinado y le recuerda que ella empezó a currar con 22 tacos y tuvo a sus hijos mientras, haciendo compatible la vida laboral y familiar en momentos muchos más difíciles que ahora, como para muchas españolas de entonces, digo yo, que lo de conciliación sonaba a chino hace treinta y tantos años, si sonaba. Le ordena “la reincorporación automática” de la funcionaria destituida y que pida pperdón, que es como se pide perdón en el PP, cuando te piden que lo pidas. Y el chacho, como bien mandao que es uno en estas tesituras, lo pide, y añade que “se metió en un jardín”. Más aún, “Me salió el tiro por la culata”. O sea, que tiro había.

Ana, te pido más valentía, un gesto final que siente precedente. Manda a la puta rue a tu concejal y dale su puesto a la funcionaria ejemplar y maltratada, ya verás cómo aprenden los que tienen que aprender y nos evitamos “perdones en diferido”.


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