Se conoce como necrosis a la muerte de tejido corporal. Una situación de carácter grave que se da cuando un determinado tejido o hueso no recibe la cantidad de oxígeno y/o sangre que necesita para funcionar de modo adecuado.
En la gran mayoría de los casos la necrosis se acompaña de la inflamación de los tejidos afectados. Una vez la membrana de la célula cede, ésta última libera todas las sustancias que hay en su interior.
La forma de necrosis más común y conocida en la sociedad actual es la del infarto de miocardio. Una enfermedad cardiovascular que se da cuando la sangre deja de circular de manera normal hacia el corazón. Así, las fibras del músculo cardíaco se descomponen y, finalmente, son reemplazadas.
¿Qué es la necrosis?
Necrosis se deriva de “Nekros”, una palabra griega que significa “Cadáver”, y “Osis”, una terminación que se refiere a la destrucción y degeneración. Tomando esto en consideración, podemos hacernos una idea de lo que supone la necrosis: la muerte de un determinado tejido, la cual puede derivarse de dos razones principales.
Por un lado, un traumatismo, a raíz de un golpe o lesión directa en el tejido afectado. Y, por otro lado, la incapacidad del propio tejido porque se le está exigiendo una carga de trabajo en relación a sus funciones muy siperior a la habitual.
El tejido muerto se degenera, se reabsorbe y, finalmente, se sustituye por otro tejido fibroso. Es importante destacar que el tejido que sustituye al original no cumple las mismas funciones que el mismo.
La necrosis es un proceso que realiza de forma natural el organismo. No obstante, en ocasiones puede venir derivada de factores tanto externos como internos. En cualquier tipo de lesión, como un esguince o una fractura, la necrosis está presente.
Tipos de necrosis
En función del mecanismo de la lesión, se pueden diferenciar distintos tipos de necrosis.
- Coagulativa: surge a raíz de lo que se conoce como isquemia tisular, que da lugar a una coagulación de las proteínas presentes en el interior de las células. Así, la zona afectada por la necrosis se sustituye por tejido fibroso.
- Colicuativa: se da a causa de una autólisis rápida que licúa la zona necrosada, de forma que toma una textura líquida. Es algo habitual del sistema nervioso central, aunque también se puede derivar de procesos hipóxicos.
- Grasa: este tipo de necrosis se da cuando una serie de condicionantes fisiológicos generan varios cambios bioquímicos en las células, de forma que estas “deciden” morir, disgregándose en vesículas minúsculas.
- Gangrenosa: aunque no es en sí un tipo de necrosis, se trata de un término comúnmente utilizado en el ámbito clínico. Se hace para referirse a la necrosis en las extremidades.
- Caseosa: es habitual en pacientes con enfermedades como la tuberculosis. La zona afectada toma una textura gelatinosa.
- Fibronoide: este tipo de necrosis se da a nivel de vasos sanguíneos.
Causas
Las causas de la necrosis pueden tener su origen en factores tanto externos como internos del organismo. Tal y como hemos señalado, se pueden englobar en dos grandes grupos: lesiones e incapacidad de adaptación celular.
Lesiones
Cuando un determinado agente externo altera la fisionomía de las células, surge la lesión celular, la cual puede ser reversible o crónica en el tiempo.
- Isquemia: una de las causas que se da con mayor frecuencia en lo relativo a la necrosis es la isquemia. Se conoce como tal al estrés provocado en las células del organismo a causa de la disminución en el riesgo sanguíneo. Una situación de carácter grave que puede originar un descenso en el aporte de oxígeno, lo que se conoce como hipoxia. Esta condición puede causar la muerte celular y, con ello, la necrosis.
- Traumatismo: un determinado traumatismo a causa de una caída o de un golpe es otra de las causas probables de este trastorno, sobre todo entre personas mayores.
- Desequilibrio nutricional: una buena alimentación es clave para tener una calidad de vida óptima. La falta de determinados nutrientes y vitaminas puede generar un estrés celular que desemboque en una necrosis.
- Temperaturas extremas: las temperaturas extremas, tanto de calor como de frío, también pueden provocar la muerte celular.
Adaptación celular
Ante diferentes estímulos tanto internos como externos, las células presentan una serie de cambios que ler permiten adaptarse de forma precisa a la nueva situación. Existen diferentes tipos de cambios.
En primer lugar, lo que se conoce como artrofia; se caracteriza por la disminución del tamaño del órgano a raíz de una estimulación diferente. Es lo que sucede por ejemplo a los músculos de pacientes que pasan largos periodos de tiempo en cama.
En segundo lugar, la hipertrofia, la situación contraria a la artrofia. En este caso, el tamaño del órgano aumenta debido a una estimulación excesiva a causa del incremento de la cantidad de los componentes que se encuentran en el interior de las células.
En tercer lugar, la denominada hiperplasia. Aumentan el número de células presentes en el órgano, de modo que el tamaño de este aumenta. Puede surgir a raíz de un proceso fisiológico, como por ejemplo el aumento del tamaño de las mamas en las mujeres en periodo de lactancia; o a causa de un proceso patológico a causa de determinadas enfermedades, como un tumor por ejemplo.
Y, en cuarto y último lugar, la metaplasia. Se denomina así al cambio de una célula madura por otra que presente una capacidad de adaptación mayor.
Pues bien, cuando todos los mecanismos de adaptación y de resistencia por parte de las células fallan, es cuando se da la muerte celular. Así, la necrosis es el modo más habitual mediante el cual mueren las células. Se trata de un estado irreversible en el que se dan una serie de circunstancias: incapacidad para mantener la membrana plasmática en su composición y forma original, desnaturalización de las proteínas intracelulares…
Aunque en prácticamente el 100% de los casos la necrosis es irreversible, no resulta mortal siempre y cuando el tejido dañado no forme parte de un órgano vital para la vida humana.
Necrosis avascular
Es uno de los tipos de necrosis más frecuentes. Se trata de un trastorno caracterizado por la pérdida de flujo sanguíneo en los huesos, lo cual desencadena la muerte de las células óseas; en algunos casos da lugar a la disfunción de diferentes articulaciones. Aunque afecta con mayor frecuencia a la cadera, lo cierto es que puede darse en cualquier hueso o articulación del cuerpo humano. Una enfermedad de carácter grave que requiere de asistencia médica de forma urgente.
En la gran mayoría de pacientes, el único síntoma real es el dolor, el cual se presenta de forma repentina y punzante. Esto se debe al deterioro del hueso y/o la articulación. Algunos pacientes describen el dolor como desgarrador, o incluso penetrante. Si la necrosis avascular tiene lugar en la cadera, este dolor se presenta en la ingle, la parte superior de las piernas, y los glúteos.
Hay una serie de factores de riesgo en relación a esta patología, teniendo en cuenta que es más frecuente en personas adultas, de entre treinta y sesenta años. Uno de los más importantes es el abuso del alcohol, lo cual puede generar el desarrollo de grasa en las vías circulatorias, la cual bloquea el flujo sanguíneo a diferentes zonas del organismo, incluidos los huesos y las articulaciones.
Otro de los factores de riesgo de la necrosis avascular es el tratamiento durante un largo periodo de tiempo de medicamentos con corticosteroides. Y es que los esteroides perjudican la capacidad del organismo de deteriorar las grasas presentes en las vías circulatorias.
En cuanto al tratamiento, en la gran mayoría de los casos se requiere de una intervención quirúrgica denominada descompresión del núcleo, que permite regenerar el hueso.
Necrosis cutánea
Otro de los tipos de necrosis que se presenta con mayor frecuencia es la cutánea. Se caracteriza por la muerte de las células de la piel, y en la gran mayoría de las ocasiones surge por una enfermedad, una infección o una intervención quirúrgica. Una condición que se localiza en aquellas zonas de la piel que no reciben oxígeno o sangre, dando así lugar a la muerte celular.
En las primeras etapas de la enfermedad, la piel toma un color púrpura y, a medida que va avanzando sin aplicar el tratamiento adecuado, se vuelve de color negro.
Generalmente, el tratamiento consiste en la aplicación de cremas de uso tópico. Además, el médico recomienda mantener la zona afectada en alto para mejorar el flujo sanguíneo.
Casos
En las últimas semanas se ha venido hablando en los medios de comunicación de un hecho sorprendente relacionado con la necrosis. El protagonista es el músico ruso Andrey Suchillin.
Todo comenzó cuando a principios del mes de junio de 2018, un vuelto que conectaba Ámsterdam con Gran Canaria tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia. El motivo de la situación fue el mal olor que Suchillin desprendía, lo cual causó vómitos e incluso desmayos entre el resto de pasajeros.
Así, el avión se vio obligado a aterrizar en el aeropuerto portugués de Faro. Un equipo médico lo trasladó al hospital, donde verificaron que sufría una infección de carácter grave que había derivado en una necrosis.
A pesar de los tratamientos administrados y varias intervenciones quirúrgicas, su estado era muy grave; entró en coma y finalmente falleció a los pocos días.