Retrato de Lilly Reich, por Gema Hernández Correa.
Es la ilustración elegida por Anatxu Zabalbeascoa para encabezar su reseña.
Coincido: Es uno de los retratos que más me gustan del libro.
Como os podéis imaginar, estoy entusiasmado con la reseña. Porque está hecha con un espíritu muy favorable y generoso (siempre siento que estas cosas me vienen inmerecidamente), pero al mismo tiempo con una mirada crítica y objetiva, que señala defectos y algunas intenciones no resueltas, pero que, en general, celebra no sólo el espíritu literario juguetón del libro, sino que me atribuye alguna maestría como escritor. El libro es muy irregular: Se trata de veintitrés relatos en veintitrés estilos diferentes. Algunos le vienen como un guante al personaje respectivo. Otros son un poco forzados. Exacto: Sentí eso mismo cuando los escribía: Algunos fluían muy bien y otros se me atravesaban. No obstante, como un galeote autoforzado, sin que nadie me obligara a ello, sentía en cada uno de los veintitrés casos que mi "obligación" era esa.
En definitiva, dice algo que me emociona: "Todo eso tienen estos obituarios: están llenos de vida".
Celebro muchísimo que una persona tan habituada a escribir, a leer y a reseñar libros importantes, vea esto en el mío. Muchísimas gracias. Es un honorazo.
(Podéis leer la reseña aquí).
