Antes de acabar de bajarme el Super Street Fighter IV Edition para volver a sumergirme en el mundo de los one vs one (tenemos que hacer acopio de juegos, muchachos, que el verano viene muy frío para los adictos), subo esta tirilla sobre el E3.
No vamos a engañar a nadie, el E3 ha sido (¿malo? ¿desastroso? no.) muy aburrido e innecesario; podría no haber tenido lugar y el mundo seguiría igual. Sólo que, extrañamente, me da igual, no me importa ¿por qué? Porque ya hay melocotonazos anunciados que me llegan y me sobran. Con Uncharted 3, Skyrim, Bioshock Infinite y Mass Effect 3 en el horizonte… ¿Qué iban a poder anunciar que fuera sorprendente? A mí no se me ocurre nada mejor que esos títulos.
Con eso en mente, Nintendo nos ha dado una nueva consola que, aunque a mí personalmente no me diga nada, es interesante ver como la compañía que ha puesto sobre la mesa los controladores de movimiento, pasa de eso y vuelve a los pastos habituales de los videojuegos: violencia, grandes títulos y… ¿queríais pantallas? Pues tomad dos. Marcando un nuevo rumbo y un curioso… Pues a ver qué ocurre ahora.
Por otra parte, no lo quiero ocultar, PSVita me ha convencido totalmente, sobretodo gracias a su precio y más ahora que me he enterado que el cacharro es Region Free ¿La portátil perfecta? Joder, estoy convencido.
Me centro tanto en el hardware porque insisto ¿Juegos? Ya los tenía ¿Puede que las compañías se hayan achantado por ese mogollón de meganovedades tan molonas? No lo sé, pero aunque el E3 haya sido un coñazo, hace mucho que una portátil no me genera tanta devoción; y para mí eso ya es mucho