“Les mentides del grans crien petits monstres”
“Las mentiras de los grandes crían pequeños monstruos”
Me gustó. Miento. Me encantó. Fue una de esas películas que vas con todos los prejuicios de este mundo y parte del otro, que sabes que no te va a gustar, que estás harto de historias ruinosas de la guerra civil española, y que vas a verla para que tu chica te deje en paz con la matraquilla de :”tonto, te va a sorprender” Y así fue. Porque es una cinta que trata de la inocencia de los niños, de cómo el mundo de los grandes nos define desde pequeños, y de cuanto más nos empeñemos en que nuestros hijos no se parezcan a nosotros,…más lo harán. A los niños siempre hay que decirles la verdad, como rezaba aquel maravilloso número de Les Luthiers, y desde luego no hay que tratarlos como si fueran imbéciles y no entendieran lo que pasa a su alrededor. No tengo hijos, así que los padres seguro que me dirán que eso no es fácil. Pero que justifiquemos nuestros errores de mayores mintiendo a nuestros pequeños es uno de las peores cosas que podemos hacer. Porque al final, serán igual de hijos de puta. O más.
Pa Negre hay que verla en catalán, eso sí. Las esencias no hay que perderlas. No se va a comer una rosca en los Oscar, señal de que es una buena película.
Y si no podemos comer pan blanco, o no nos dejan, habrá que buscarle el lado positivo al pan negro. Los niños lo hacen. Disfrútenla.