Revista Historia

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Por Ireneu @ireneuc

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Fachada sur del Coliseo

El Coliseo de Roma es uno de los edificios romanos más importantes que han llegado hasta nuestros días. Su magnitud y sus formas, aún despiertan nuestra admiración casi 2000 años después de su construcción y a pesar de que ha sido seriamente diezmado por el paso del tiempo. En este sentido, aparte de ser ampliamente conocido el uso del anfiteatro como improvisada cantera de edificios posteriores (si tienes las piedras a un paso de casa, para qué te vas a ir a Carrara a buscarlas), a cualquiera que vea el Coliseo le llamará la atención que falte prácticamente toda la parte sur del anfiteatro. Pues bien, que falte esta parte no es casual, y tampoco atiende a ningún acto de reciclaje pétreo. La culpa la tienen Nerón y un terremoto en 1349.

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Frescos de la Domus Aurea

Cuando en el año 64 d.C, Nerón decidió construirse su particular "choza" (la Domus Aurea) en unos terrenos afectados por el incendio de Roma, no le dolió en prendas hacerlo a medida del personaje, es decir, a lo grande y descomunal. En las 80 hectáreas de terreno apropiadas por la jeta -era el Emperador, claro-, aparte de la ampulosa villa imperial, se hizo construir una estatua de 30 metros en la entrada (ver El Coloso de Nerón, una molestia para Mussolini) y, como le parecía poco, en la parte más baja, se hizo construir una laguna artificial -casi un mar que decían las crónicas- rodeada de pórticos, jardines y bosques, donde el Nerón pasaba sus ratos de asueto imperial. Se trataba del Stagnum Neronis.

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Busto de Nerón

Es justamente en esta zona donde, tras la caída en desgracia y asesinato de Nerón, se decide construir el grandioso Coliseo de Roma. Para ello, se decide aprovechar el espacio que ocupa la laguna rellenándola de tierra y dejándola toda a nivel, de cara a dejar una zona plana que sea fácilmente construida después. Dicho y hecho, tras las obras de relleno, en el 72 d.C. comenzaron las obras del Coliseo (llamado Anfiteatro Flavio), las cuales acabaron en el año 80 d.C.
Con un aforo de 50.000 personas, en los 189 x 156 x 57 m de construcción se había utilizado toda una cantera para él solo, se había dejado el Coloso de Nerón en su exterior (de aquí el nombre de Coliseo) y se había tenido que hacer unos cimientos de 14 metros de profundidad debido a que, al estar en parte sobre la antigua laguna, los limos afectaban a la cimentación del edificio (ver El Cagalell, una marisma a pie de Colón).

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Fachada Norte del Coliseo

El edificio estuvo en uso desde el año 80 hasta el año 523, a partir del cual fue abandonado y usado para otros usos, que acabaron con la ruina del Coliseo. Pese a los terremotos, los picapedreros y el abandono, el anfiteatro aguantó mal que bien el paso de los siglos, pero en el 1349, se produjeron toda una serie de terremotos con epicentro en los Apeninos que, llegando a niveles de grado VIII y IX de la escala de Mercalli, afectaron duramente Roma, tal como pudo testimoniar Petrarca al año siguiente.
El Coliseo, a pesar de la magnitud de la tragedia -se hundieron una gran cantidad de palacios, iglesias y otros edificios-, pudo haber aguantado la embestida, habida cuenta que los ingenieros romanos lo habían levantado añadiendo cenizas volcánicas al mortero, la cual cosa se ha podido comprobar recientemente es una de las mejores medidas para construir edificios antisísmicos. Sin embargo, al estar la mitad construido sobre el Stagnum Neronis, los limos sobre los que descansa transmitieron especialmente las ondas sísmicas, provocando el hundimiento de la parte sur del anfiteatro. La parte norte, al estar construida fuera de la zona del antiguo lago y por tanto sobre terrenos más sólidos, aguantó perfectamente el terremoto.

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

Reconstrucción Domus Aurea


Los escombros que cayeron fueron aprovechadas por los canteros romanos durante siglos y, si bien los avatares que ha tenido que pasar a lo largo de la historia (con bombardeo durante la IIª Guerra Mundial incluido) es lo que ha modelado la imagen que hoy tenemos de esta maravilla de la antigüedad, el grueso de los daños se produjeron en el terremoto de 1349. 
Los ingenieros y arquitectos romanos consiguieron, hace 2000 años, construir edificios antisísmicos utilizando unos sistemas y técnicas que incluso para los arquitectos de hoy en día resultan revolucionarias. Discúlpenme si pienso, y cada vez más razonadamente que, aparte de los usos y tradiciones sangrientas de los romanos -totalmente abominables en la actualidad-, la civilización occidental lleva 1700 años de retraso.

Nerón y el trozo que le falta al Coliseo de Roma

La parte sur no logró aguantar el terremoto de 1349


Webgrafía


Volver a la Portada de Logo Paperblog