Hablamos de neumotórax o de colapso pulmonar cuando tiene lugar un acúmulo de aire entre los tejidos que recubren los pulmones, también llamados pleuras. Este cúmulo de aire afecta seriamente a la respiración, ya que ocupa espacio en la caja torácica que no permite a los pulmones expandirse como lo harían de forma normal.
Esto supone una respiración superficial e insuficiente, provocándole a la persona que lo padece una sensación de ahogo y dolor en el pecho. Un neumotórax compromete gravemente la salud de quien lo sufre y requiere de atención médica en la mayor brevedad posible. Además, en el caso de no ser atendido para determinar la gravedad del colapso, este podría tener peores consecuencias agravando los síntomas con resultados nefastos para la salud.
¿Cuáles son las causas del neumotórax?
Dependiendo de su causa podemos distinguir entre varios tipos de neumotórax:
- Neumotórax extratorácico: sus causas son lesiones desde la parte externa de los pulmones, como podrían ser las lesiones provocadas por el impacto de bala o que algo punzante atravesara la pleura, como una costilla fracturada.
- Neumotórax intratorácico: se debe a la formación de burbujas de aire dentro de los pulmones, normalmente, debidas a cambios de presión drásticos, como los que viven los submarinistas. Estas burbujas explotan dando lugar a una perforación del pulmón y permitiendo que el aire se escape hacía el hueco entre las pleuras.
- Neumotorax espontáneo: Cuando aparece de forma repentina y sin causa aparente.
- Neumotorax derivado de neumopatias tales como: Asma, EPOC, fibrosis quística, tuberculosis o tos ferina.
Se ha podido observar como esta afección aparece de forma más habitual en varones jóvenes y de mediana edad. Y además, también hay mayor prevalencia en personas altas, delgadas o fumadoras.
¿Qué síntomas presenta el neumotórax?
Los síntomas generales o que aparecen siempre son:
- Dolor en toda la zona del pecho.
- Dificultad para respirar.
- Aleteo nasal.
En casos más graves también aparecerá:
- Piel de color azul por la falta de oxígeno que está sufriendo.
- Mareos o fatiga.
- Alteración de la frecuencia cardiaca.
¿Cómo se trata un neumotórax?
En las ocasiones que el colapso pulmonar no tenga gravedad, bastará con un aporte de oxígeno a través de la mascarilla y reposo. En algunas situaciones el médico podrá proceder a drenar el aire con una aguja y el paciente estará listo para volver a casa.
Pero existen situaciones más complicadas en las que la gravedad del neumotórax requiere de tratamientos más invasivos como:
- Sonda pleural para extraer el aire: Consiste en introducir un tubo de plástico entre las costillas hasta llegar a la pleura, dando salida al aire acumulado y recuperando el paciente toda su capacidad pulmonar. La sonda puede permanecer en nuestro cuerpo durante horas o días y suele implicar la hospitalización del paciente.
- Cirugía pulmonar: Se ocupará de reparar la zona del pulmón dañada y provocar una cicatrización que prevenga de futuros colapsos.
El pronóstico dependerá de cada paciente y de la gravedad, pero suele estar muy comprometido con la causa del neumotórax.
Diagnóstico del neumotórax
Es necesaria la realización de un diagnóstico basado en los síntomas y en pruebas como exploraciones radiológicas. El neumotórax puede confundirse con infartos del corazón, crisis asmáticas, inflamación del miocardio o perforaciones en el sistema digestivo. Por lo que es importante descartarlas.
Un neumotórax afecta negativamente a nuestra salud y bienestar y aunque no existan medidas de prevención específicas para librarnos de sufrir esta afección, si que podemos seguir unos hábitos saludables como son; una dieta equilibrada o mantener nuestro cuerpo en su estado de salud óptimo, será nuestra mejor arma a la hora de enfrentarnos a cualquier enfermedad o recuperación.