Revista Diario

Neuropediatra (privado): no volveremos

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
En esta semana tan intensa de médicos, hoy le tocaba el turno al neuropediatra privado. 
Esperaba un profesional con amplia experiencia y conocimiento en la materia que analizara mis intuiciones desde un punto de vista más científico y racional de lo que puede hacerlo una madre, o una pediatra, o incluso un centro de atención temprana (donde son muy especialistas pero no son médicos). Supongo que ya con esto dejo entrever que la consulta no me ha gustado nada porque no es esto lo que me he encontrado.
El hombre era un señor bastante nervioso, que hablaba a toda velocidad, empleando además términos médicos muy técnicos. Me costaba (y mucho) seguirle la conversación y el hilo de lo que iba contando. 
Porque más que hablar yo, he sentido que el que hablaba (mucho y a toda pastilla) era él. Apenas he podido decirle para lo que estábamos allí y explicarme cuando él ha empezado a hablar, dando por hecho que el niño estaba muy mal de lo suyo. Claro, yo me he quedado de piedra y el resto de la "conversación" parecía que yo estuviera "defendiendo" al niño. Aún así, todo lo que yo decía se interpretaba en contra del niño. Pongo un ejemplo de ello: le cuento que al niño le gusta mucho señalar y que le digamos el nombre de las cosas, que tenemos un libro con imágenes muy sencillas que le encanta y que le encanta pasarse ahí un montón de rato pidiéndome que le de los nombres de las cosas... Pues bien, coge y pone en el informe "conductas obsesivas".
La "conversación" ha sido una sucesión de perlas del tipo:
"Pero mujer, tu no te preocupes porque estos niños, con el tratamiento adecuado, acaban pareciendo ser como los demás".
"Da igual cuál sea la casilla en la que metamos al niño, tu no te preocupes que le meteremos en alguna".
Yo lo que quería era salir de allí corriendo. Me temblaba todo. El tío, sin mirar a mi hijo más que para darle con un martillo en las articulaciones, sin haberme escuchado adecuadamente y además malinterpretando y agravando todo lo que yo le estaba contando, es decir, sin examen ninguno, había decidido que mi hijo tenía algo, el nombre daba igual.
El informe que me ha hecho da miedito verlo. Cada cosa que la he dicho la ha interpretado a su manera y siempre en detrimento del estado del niño. Vamos, es que lo lees y parece que el niño está para internar ahora mismo. No comparto nada de lo que ha puesto. Increíble. 
Me he arrepentido muchísimo de haber ido sola, sin mi marido. Porque aunque ahora en casa, con unas horas de distancia, casi me lo tomo a risa, en el momento me he sentido peor que mal, con un señor que hablaba de mi hijo como si de una chuleta se tratara, sin tacto ninguno, y, lo que casi es peor, sin basar sus palabras en ningún dato, ni examen, ni evaluación.
Así que ya he pedido cita para volver a la pediatra de la Seguridad Social para comentarle que no me ha gustado nada y que quiero que me derive a neuropediatría del Niño Jesús, donde estoy segura de que nos van a tratar fenomenal.

Volver a la Portada de Logo Paperblog