Tengo hoyuelos. Hubo un tiempo en que estaba convencida de que era porque sonreía mucho. Sonreía todos los días, sin razón aparente. Podía ir por la calle, sonriendo porque eso simplemente me hacía feliz. Mi abuela también tiene, y mi madre, he leído por ahí que son autonómicos dominantes, que cosa....
El caso es que yo creo que sí, que la cara es el espejo del alma. Que la gente que frunce mucho el ceño se queda ceñuda. Una cosa así:
Pero hoy me he acordado de que tengo hoyuelos... Y es que estos últimos años han sido bastante decepcionantes en lo profesional, y casi hacen que olvidara que heredé ese rasgo. Venía para "casa" en el Upper West Side, con una sonrisa que había olvidado que tenía. Feliz, despreocupada... Creo que podría vivir aquí. Quien sabe... Y de pronto veo un letrero en una de mis tiendas de ropa favoritas que decía algo así: Never try Never know. Que gran verdad...
Y como dice mi hermana (gran persona donde las haya, por cierto): Todo gran viaje comienza con un pequeño paso. Si serán vacaciones o algo más no tengo ni idea. Y no me preocupa. Porque por primera vez en mucho tiempo estoy haciendo justo lo que quiero hacer. Y pienso disfrutar cada minuto, mientras dure. ¡He vuelto!