Revista Opinión

Nh abascal (madrid)

Por Candreu

NH ABASCAL (MADRID)
NH ABASCAL (****)
José Abascal 47
28003 Madrid
Telf: 914.410.015
Fax: 914.422.211
[email protected]
www.nh-hotels.com
Habitación: 401
Fecha de Entrada: 14/11/2009
Tarifa: 85€ (Sólo alojamiento)
En un elegante edificio de corte clásico a un paso de la Castellana y en uno de los principales bulevares de la capital, la Cadena NH hizo de este uno de sus hoteles más selectos, encuadrado en la marca Serie Oro, que abanderaba las estancias de lujo más representativas de su portafolio de productos. Sólo los elementos decorativos más estructurales recuerdan aquella época dorada, porque mobiliario, baños, ventanas... van pidiendo una pronta renovación.
Tras la puerta automática de cristal accedemos a un elegante patio de carruajes que conduce hacia el fondo al coqueto jardín del hotel. A la derecha de la puerta se ha situado la cafetería. La recepción queda a la izquierda. Tras un mostrador amplio, con la clásica combinación de mármol verde sobre madera, nos espera un recepcionista que pese a explicarnos que ya deben tener todos los datos nuestros si tenemos la Tarjeta NHWorld -que presentamos-, nos vuelve a pedir el DNI y la tarjeta de crédito. Nos indica que nos han asignado una habitación superior, como ya nos ha ocurrido en otros hoteles de la cadena, y luego de superior lo único que tiene es el piso. Pero ya vamos precavidos y no esperamos grandes lujos.
Un ascensor de forma triangular y decoración clásica rota por la carta del restaurante colgada sobre los cristales asciende de forma panorámica por el patio interior del hotel, decorado con unas bonitas y clásicas vidrieras. Al salir del ascensor un distribuidor iluminado por grandes ventanales con vistas al jardín interior nos conduce hacia las habitaciones. Moqueta marrón algo vieja y sucia que amortigua los pasos. Tras la puerta de la habitación confirmamos nuestras sospechas. Lo de la habitación superior es porque está en el cuarto piso. La del primero debe ser inferior por hallarse más abajo. Un pequeño espacio hace de recibidor dejando a la derecha un minúsculo armario con puertas de espejo que corren con dificultad: tras una, espacio para cuatro perchas y tras la otra, tres estantes con la caja fuerte. Frente al armario, la puerta del baño.
Tras este pequeño espacio y separado por otra puerta accedemos al dormitorio. Las luminarias que hay sobre las mesillas y en el techo son escasas. Sería necesaria más potencia o más puntos de luz. El espacio libre es escaso entre los muebles. Un minibar sobre el que se ha dispuesto un televisor de plasma. A un lado de este conjunto el maletero de madera recubierto en tela, y al otro lado un pequeño escritorio de trabajo lleno de folletos y revistas. Junto a él un galán de noche que nos permite mantener más desahogado el minúsculo armario.
Sobre el suelo de madera oscura bastante machacada y rayada se dispone una cama amplia para ser individual y estrecha para ser doble con un cabecero clásico de la cadena de madera con un acolchado de tela y a cada lado sendas mesillas a juego con lámparas de noche y pequeños proyectores de luz de lectura, fantásticos para leer desde la cama. Sobre las mesillas encontramos interruptores de factura clásica como americana para apagar todas las luces y un enchufe para los artilugios electrónicos. No hay enchufe sin embargo cerca del escritorio lo que obliga a desenchufar la lámpara de trabajo. Tras el minibar divisamos uno, pero somos incapaces de mover el armario para dejar hueco libre hasta el enchufe. El wifi como es habitual en la cadena es de pago.
La cama confortable aparece bien vestida y recubierta por una colcha en tonos ocres oscuros a juego con las paredes en ocre claro. Las sábanas resultan agradables, el colchón cómodo y las almohadas confortables. El aire acondicionado funciona estupendamente en cuanto a su silencio y operativa se refiere. La insonorización hacia el interior es más que correcta, a lo que sin duda ayuda la doble puerta. Pero sin embargo la insonorización hacia fuera es manifiestamente mejorable. La enorme ventana con vistas a la calle José Abascal -uno de los bulevares más transitados de la capital- no cierra bien y eso hace que se oiga demasiado el paso de los coches. Para colmo cortina y foscurit están demasiado ajustados a la anchura de la ventana por lo que la luz se cuela en la habitación a primera hora de la mañana.
El baño es correcto aunque pronto necesitará una renovación. Dispone de un lavabo incrustado en una encimera de mármol marrón claro, del mismo color que las baldosas de la pared y el suelo. Inodoro, bidet y una bañera completan el juego de sanitarios. En el techo, un bafle permite escuchar el sonido de la televisión. Las toallas son justas en número pero nuevas y formidables en tamaño y suavidad.
Las amenities propias de la cadena se ofrecen en su más amplio surtido incluyendo un bote para lavado de las manos sin agua ni jabón, será por aquello de la Gripe A. Caudal, presión y temperatura son extraordinarios tanto en el lavabo como en la ducha.
Por la mañana la despedida en el mostrador resulta pasota. Simplemente nos preguntan por el minibar. "Pues es todo, adiós". Pues adiós.
Calidad/precio: 7
Servicio: 6
Habitación: 6.5
Baño: 8
Estado conservación: 6.5
Valoración General: 7


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