Revista En Femenino

Ni ángeles ni demonios

Por Conmdemamá @CONMDEMAMI
Es que somos nosotras las primeras en caer en la trampa. Tal cual.
Sacan un anuncio de no sé qué firma en el que las protagonistas, según reza la campaña, son "mujeres reales" que niegan ser ángeles, "#Imnoangel", en clara contraposición a las modelos conocidas como "Victoria's angels", y en seguida aparecen en todas las redes sociales los vítores y demás; y la gran mayoría de aplausos son de mujeres que se consideran "reales".
¿Pero estamos tontos o qué? Y perdón por la expresión porque mi último fin es ofender; es sólo que no lo entiendo.
¿Mujeres reales? ¿Ángeles o demonios? ¿SE NOS VA LA PINZA? ¿Es que no van a dejarnos en paz y encima nosotras vamos a seguir consintiendo tanto machaque, tanta publicidad burda y tanto mensaje nocivo? ¿Por qué no ocurre lo mismo con el mundo masculino? ¿Por qué no se gastan las energías en eliminar páginas web que hacen apología a la anorexia y la bulimia, o nos garantizan seguridad real en las redes sociales para adolescentes y niños? No, es que eso ni vende, ni publicita, ni nos retuerce y marea las neuronas. Vamos, no conviene. Y encima a nosotras nos falta tiempo para levantarnos de la silla y seguir el juego, como las ratas del Flautista de Hamelín (¿recordáis el final del cuento, por cierto?).
Así no. Así no hay quien normalice tanta tontería y tanto culto absurdo al cuerpo, así no hay quien acabe con los falsos mitos, las mil y una barbaridades y los cánones absurdos. Da igual que vitoreemos a los ángeles o a los demonios, la cuestión es que haciendo una cosa u otra estamos dándole demasiada importancia al tema del culto al cuerpo. No hay más. Así seguimos siendo esclavas de nuestra imagen, de tanto canon y tanta moda.
Vamos a ver, señores y señoras, yo tengo una pregunta: Si no mido metro ochenta y tengo 90-60-90, si tampoco mido metro cincuenta y peso 100 kilos, y mido 1,60 y no sé qué peso porque hace años que decidí no hacerlo, pero no soy ni excesivamente delgada ni excesivamente rellenita, ahora uso una 36 pero he usado la 38, a veces menos incluso, a veces más; eso sí, tenga la talla que tenga, tengo el trasero respingón... Entonces, ¿no soy real? ¿en qué lado quedo? Porque por lo visto no soy ni ángel ni demonio. ¿Qué soy? ¿Un puñetero ente? ¿Tengo que volver a vivir pendiente de la gordura o la delgadez o puedo seguir madurando y pasando página después de haber entendido que lo importante es gustarme a mí misma primero y principalmente? Es que así no hay quien se aclare, majetes y majetas.
Tenemos clarísimo que la belleza está en el interior, que lo primero es querernos a nosotras mismas y blablablabla... Pero a la primera de cambio nos venden una imagen de "mujeres reales" y ahí estamos en primera fila gritando "¡COMPROOOO, COMPROOOOO!". Así no. No aprendemos.
Si seguimos entrando en el juego, seguiremos caminando en bucle. ¿Desde cuándo lo que a mí me parece hermoso ha de parecérselo al mundo entero? ¿Hemos de globalizar hasta gustos y opiniones? A quien las Victoria's angels le parezcan la representación máxima de la belleza, ¡olé! A quienes las modelos de esta nueva campaña "mujeres reales", tan desafortunada bajo mi punto de vista por lo de entrar en el juego y demás (no se me malinterprete), le parezcan la representación máxima de la belleza, otro ¡olé!
Lo que está claro es que, señoras y señores, MUJERES REALES SOMOS TODAS, con nuestros huesos grandes o pequeños, nuestra piel satinada o imperfecta, nuestras carnes prietas, fofas o tersas. Porque la realidad de cada mujer, GRACIAS AL CIELO, es distinta. Gloria bendita esta diversidad que nos asegura ser especiales y ÚNICAS, y que tristemente ni aprovechamos ni apreciamos.
No demos cancha a tanta hipocresía de mercado, porque ni los creadores de los ángeles ni los creadores de los demonios dan un duro por nuestra libertad y salud mentales, es más, les importan un carajo.

¿ÁNGELES O DEMONIOS?
Ni ángeles ni demonios
Pues a estas alturas de mi vida, yo no me veo ni ángel ni demonio, al menos en lo relativo a carnes. Y sí, a pesar de ello, ME GUSTO, con mis días mejores y peores, con mis ojeras, mi piel cetrina cuando no duermo lo suficiente (o sea casi siempre) y mi cuerpo de madre total, porque sé que mi "belleza" va más allá de lo físico... O al menos más allá de lo que marcan cuatro publicistas y dos expertos en moda.

 CON M DE MAMÁ y H de HASTALASNARICESDETANTATONTERÍA

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