Revista Opinión

Ni ángeles ni demonios

Publicado el 05 marzo 2010 por Gonza_z
Argentina vive un momento no tanto delicado como más bien preocupante. La clase política (oficiliasmo, oposición, aliados y demás posicionamientos) hace todo lo contrario a lo que la sociedad demanda. ¿Por qué? Es la gran pregunta que nos hacemos aquellos que entendemos, como mucho, la mitad de las cosas. Mientras la vida en el país se hace cada vez más cuesta arriba; contra los pronósticos del INDEC, los precios de productos y servicios básicos aumentan escalonadamente. Como siempre ha sucedido, esa alza no es acompañada por una suba salarial, razón por la cual se generan los problemas. Hoy, por ejemplo, nos amanecimos con que la nafta subió una vez más.
Ni ángeles ni demoniosComo si estuviesen en una isla (la de Náufrago, la de Lost o alguna similar) los políticos se pelean por poder. Lisa y llanamente se rajan las vestiduras para tener un poquitito más de poder que el otro. Todos los partidos están inmersos en este juego. Algunos con actitudes muy evidentes y el resto con señales, pero metidos al fin.
El gran problema de este gobierno es la comunicación. Una problemática para discutir en un futuro no muy lejano. O bien fallan sus mensajeros o bien fallan sus canales; en algunos casos fallaron ambas partes. Se sabe que Cristina Fernández es una excelente oradora pero ¿está a la altura de comunicar todo lo que su gobierno hace? Intelectualmente, si. Pero es omnipresencia, cosa que imita del mandato de su marido, le quita, le resta participación al gabinete. ¿Quienes son los ministros del gobierno K? El común de la gente no los conoce y si lo hace es porque lo vio una o dos veces en la televisión. Este hecho deja en evidencia la no apertura del gobierno nacional. Todo lo anuncia la presidente. Fútbol, ley de servicios de comunicación, Anses, etc.
El problema de comunicación interna primero, para poder (precisamente) comunicarse con el exterior luego, es una situación que este gobierno ha sufrido. El intento del pasquín 678 muere cuando se cae en lo mismo que se critica: la obsecuencia. Allí, nunca se critica a los Kirchner como si todo su mandato sea la salvación argentina.
Del otro lado las cosas no mejoran. La oposición es una ensalada de frutas. Algunas exóticas y otras pasadas de moda. Tenemos a la derecha, tenemos al centro y a una centro izquierda (la izquierda argentina está recluida a grupos de choque y agrupaciones estudiantiles). Todo está tan devaluado que dependen de Menem para ganar una votación. Patético. Entonces, a partir de esta pateticidad, las propuestas alternativas de gobierno son nulas, recortadas y paupérrimas. Si los medios concentrados (principalmente TN) intentan reinvindicar a una oposición valiente que acabará con los Kirchner, terminarán fomentando un estado de locura total (si no se se percibe actualmente).
En el medio de estas peleas berretas, que si uso las reservas; que los jueces favorecen a los enemigos de la patria y esa sensación de revanchismo (un poco de ambos lados); la ciudadanía se pregunta ¿hasta cuando? Cuanto tiempo más aguantando la suba de precios; cuanto tiempo más escuchando y leyendo las editoriales de periodistas y canales enteros repartiendo palos a mansalva; quién será, finalmente, aquel político o partido que salga del letargo multimediático y del patetismo y proponga una idea de país seria. La pelea entre ángeles y demonios es tan falsa como los números que da el índice de estadísticas. No existen malos y buenos; en todo caso existen intereses y estará en cada uno saber y (pre)ocuparse por saber quién defiende a qué interés.

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