TITULO ORIGINAL: Ni d'Ève i d'Adam
TRADUCCION: Sergi Pàmies
AUTOR: Amélie Nothomb
EDITORIAL: Anagrama
ISBN: 978-84-339-7382-5
PAG: 173
PRECIO: 7,50€
SINOPSIS:
Un año antes de la temporada infernal retratada en Estupor y temblores, Amélie Nothomb se sube en Tokio a la montaña rusa de una hilarante educación sentimental en brazos del muy delgado y muy oriental Rinri, un ávido lector de Stendhal que sueña con entrar en la orden del Temple. Amélie, decidida a aprender japonés enseñando francés a los autóctonos, conoce a Rinri en un bar. Pero, pocos días después, la relación entre maestra y alumno dará paso a una hermosa historia de amor. Distintos episodios nos sitúan, una vez más, ante una rica y peculiar visión de Japón, la de alguien nacido allí pero cuyos orígenes son occidentales y que analiza sus experiencias desde una perspectiva casi antropológica, nunca exenta de ironía.
Tras leer “Estupor y temblores” tenía ganas de repetir con otro libro de Amélie Nothomb y entre las recomendaciones que me llegaron opté por ésta novela en la edición compacta de Anagrama que creo ya he comentado en alguna ocasión me gusta mucho y suelen estar francamente bien de precio.
Me ha vuelto a gustar el estilo de la autora, me parece que escribe muy bien, incluso si la historia no te engancha, uno puede apreciar la calidad de la narración. He vuelto a disfrutar con su literatura, aunque debo confesar que un poco menos que con “Estupor y Temblores”.
En esta historia la protagonista vuelve a ser la propia Amélie y cronológicamente es anterior a la narrada en “Estupor y temblores”, aunque cerca del final de este libro comienza a trabajar en la compañía japonesa en la que estará durante un año y cuyas peripecias aquí apenas menciona, pero que te recomiendo leas en la mencionada Novela.
En esta ocasión Amélie nos cuenta cómo regresa a Japón, el país donde nació y de donde se había marchado a los 5 años de edad. Su intención es integrarse en ese país, recuperar el dominio del idioma japonés y de paso ganar algo de dinero, así que piensa que el mejor modo de aprender japonés es dando clases de francés, para lo que pone un anuncio en el tablón de un supermercado al que contesta Rinri, un estudiante de muy buena posición, con quien muy pronto comenzará una relación que durará un año aproximadamente y gracias a la cual la autora nos va mostrando de nuevo las costumbres de una país tan distinto al nuestro, desde el punto de vista de una mujer europea.
Amélie Nothomb
Es evidente la fascinación y el amor que siente la autora por Japón y aunque en ocasiones se queda perpleja ante determinados comportamientos, su actitud siempre es sincera, amable y respetuosa, de hecho pienso que siente más pasión y amor por el país en sí que por el propio Rinri, cuya relación no me ha parecido muy intensa la verdad. Además su comportamiento al final me ha parecido penoso, pero bueno no quiero destripar nada a quien no lo haya leído.
Si en Estupor y temblores nos hablaba de las costumbres “laborales” de los japoneses, aquí lo hará de las costumbres sociales, tanto a través de la familia de Rinri, con quienes no parece acabar de encajar demasiado, como a través de la relación que tiene Rinri con sus amigos y sus hábitos cuando están todos juntos.
Hay capítulos muy divertidos, como cuando se reúnen con los amigos de Rinri y por poco acaba dando una conferencia sobre cervezas, al no saber de qué hablar con todos ellos y otros que reflejan muy bien la emoción que sintió la autora cuando los vivió, como el de la subida de Amélie al monte Fuji
La tradición afirma que todo japonés debe subir al monte Fuji por lo menos una vez en su vida, so pena de no merecer tan prestigiosa nacionalidad. Yo, que deseaba ardientemente convertirme en nipona, veía en aquel ascenso una genial astucia indentitaria. Y más teniendo en cuenta que la montaña era mi territorio, mi terreno.
O alguno muy intenso y “peligroso” como el que vivió un invierno en que se le ocurrió ir sola a hacer montañismo sin informarse primero de las condiciones meteorológicas y que a punto estuvo de dejarla en la montaña congelada, al comenzar una tormenta de nieve que la fascinó y asusto a partes iguales.
Hundí los pies en las perneras del pantalón como quien se abre camino sobre el hielo. El peor momento fue el contacto de mi espalda con la camiseta escarchada. Afortunadamente, no tenía tiempo para analizar aquellas sensaciones. Marcharse era una cuestión de vida o muerte: tenía que expulsar aquel frío que no dejaba de devorarme hasta lo más profundo.
En general a mí me ha gustado. He vuelto a encontrar una historia entretenida, inteligente, agradable, divertida, en ocasiones irónica, de la que puedes aprender sobre Japón y sus habitantes y una historia de amor en mi opinión bastante flojilla, pero que entretiene y además se lee con gusto porque está escrita con ese peculiar sentido del humor de la autora que hace que prácticamente se lea de tirón.
Fotografía de la autora: http://www.uchina.com.ar/2009/02/estupor-y-temblores-amelie-nothomb/