Ni Halloween, ni hallowaan ¡aquí se celebra el Día de los Muertos!

¿Tamos tontos o qué? No, no, no respondas a lo que obviamente es una pregunta retórica. Joder con la yanquinitis. Pero ¡¡si no saben comer!! Que vale, que sí, que tienen unas hamburguesas muy buenas pero ¿qué más? ¿Tú has visto alguna película en la que coman algo diferente que no sean hamburguesas o huevos revueltos para desayunar? ¡Venga ya! Un poquito de por favor, un poquito de jamón, y un poquito de variedad en la dieta, señores. En serio ¿no te aburres?

Pues yo sí. Que están hasta en la sopa. ¡¡¡Con la de cosas chulas que hay por ahí!!! Fíjate en los japos, que parece que a todos les han dado una pedrada en la cabeza… Pero oye, que lo estoy diciendo en plan guay, que seguro que ya me va a saltar uno diciéndome que soy japofóbica o algo así. Que están majaras, pero que mola… Y nosotros, ¡venga a adoptar costumbres de EEUU! ¿No podríamos mirar un poquillo más abajo? Na’, cruzar Juárez y pasar Chiuahua… ¡si tampoco es tanto!

Pero no, nos tenemos que quedar con el Halloween de los cojones. Hombre, que yo lo entiendo, ehn, que esperar hasta carnaval para emborracharse y disfrazarse es muy duro pero… gráficamente ¿ésa qué puta mierda de fiesta es? ¡¡¡Uhhhhh, mira cuánto rojooooo y negroooooo!!!! ¡¡¡Halaaaaa qué susto me da tu tipografía temblorosaaaaa!!! Y el cliente venga a pedirte murciélagos, ¡y telas de araña!, ¡y calabazas! Claro que sí, caballero, que llevo yo 7 años estudiando y trabajando para hacerle a usted un diseño verbenero de parvularios de Photoshop. ¡Vamoshombre!

Pues el Caganer Hipster y yo hemos dicho que no. Que en este blog no se celebra Halloween. Que se celebra el Día de los Muertos. Así que, nos hemos metido en el Behance a la caza y captura de las Mexican Skull más rechingonas. Si es que ¡¡¡no hay colooooor!!! Bueno, sí hay ¡¡y son muchos más!!

Ahora, si me lo permiten, me voy a zampar las comidas preferidas de mis difuntos homenajeables y os aseguro que no son hamburguesas. Efectivamente, has acertado, las calaveras y los diablitos ¡invaden mi corazón!

Óscar Montezuma (autor de la primera)