La semana pasada nos encontrábamos con el siguiente titular que venía a meter un poquito más el dedo en la llaga que últimamente más me duele:
Qué hacer cuando tu jefe tiene muy poca inteligencia emocionalSi en nuestras empresas identificamos patrones de conductas ligadas a una falta de inteligencia emocional en puestos de mando, el primer paso para encauzar la situación es "tomarlo con calma". Pero ¿cómo saber si estamos ante un jefe sin empatía?
Pues repasemos...
- ¿Cuántos cafés se ha tomado con su equipo en los últimos 5 años?
- ¿Cuántas veces le has visto fuera de su despacho? Y no, el baño no cuenta.
- ¿Cuántas veces se ha preocupado de si necesitas formación o información adicional para desempeñar bien tus funciones?
- O peor aún, ¿cuántas veces ha denegado todas aquellas que tú le has propuesto?
- ¿En los momentos clave como unas auditorías de calidad o la preparación y defensa de una memoria EFQM (por poner un ejemplo) has sentido que estaba al frente respaldando al resto del equipo o te has sentido más tirado que una colilla?
Mejor paro ya, creo que ya os podéis hacer una idea. Volvemos al artículo para repasar qué podríamos hacer como empleados ante una situación como esta:
Una opción es tratar de ignorar el problema, pero rara vez funciona. Otra, enfrentarse directamente al jefe, que, debido a esta carencia emocional, podría interpretarlo como un ataque o una falta de respeto. Sin embargo, existe una alternativa: "estar por encima de la situación", es decir, demostrar la profesionalidad y tratar de hacer que las cosas funcionen, en la medida en la que se pueda.Las dos primeras no funcionan, os lo aseguro. Este tipo de personas son totalmente impermeables a este tipo de situaciones: si los ignoras, han ganado; si te quejas, les entra por un oído y les sale por el otro.
Lo de demostrar tu profesionalidad es lo único que te queda, pero todo cansa. ¿Por qué vas a esforzarte en que las cosas sigan funcionando si no depende de ti y en muchas ocasiones lo ven como si te estuvieras metiendo dónde no te llaman o incluso como un ataque personal? ¿Por qué esforzarte en que todo salga bien si luego encima las medallas (económicas y sociales) se las van a llevar otros?
¿Por qué seguir trabajando para un jefe sin inteligencia emocional ni de la otra?A mí ya se me empiezan a acabar los porqués...
