Entre los padres de múltiples está siempre abierto el debate sobre que vayan separados o juntos a clase. Están los que opinan que el estar juntos les da seguridad y confianza y que, el problema que pueda surgir en torno a comparaciones o equívocos entre ellos en el aula lo tienen que trabajar los maestros con los compañeros y con ellos, y que si en el aula se les trata como los dos (o tres) individuos independientes que son, y se trabaja el no llamarles los gemelos o los mellis, no tiene por qué haber ningún problema en su desarrollo social.
Luego están los que piensan que el que vayan a clases distintas les refuerza el carácter, que aprenden a estar si su (o sus) hermanos, a verse a sí mismos como seres independientes, a hacerse su propio círculo de amistades.
La verdad es que nosotros en casa nunca nos hemos planteado si preferíamos una cosa o la otra. Durante los tres años de escuela infantil, fueron a clases separadas y lo llevaron muy bien. Sí que es verdad que compartían muchos ratos, pero cada uno tenía su maestra y su grupito de amigos.
Lo que no me gusta de este tema es no tener opciones. Es decir, la mayoría de los centros por decreto interno, porque así lo han decidido en consejo o por la razón X, separan a los hermanos. Esta política también se aplica si entran primos en el mismo nivel. No consultan con los padres, no se interesan por saber cómo son los niños, para valorar individualmente si el separarles les causará ansiedad o miedos o, por el contrario, no supondrá ningún problema.
Como ya digo, entramos en el cole de mayores habiendo asumido que irían separados. Y es ahora, cuando han empezado el segundo trimestre, cuando ha surgido lo que, al menos yo, estaba temiendo. Sergio ha estado una temporada quedándose llorando en la fila de entrada. Ya en casa me decía que no quería ir al cole, que no le gustaba. Algo parecido le pasó a Marcos y os lo conté en este post. A Marcos le duró una semana escasa. Sergio has estado casi cuatro. Por suerte, ya se le ha pasado y vuelve a quedarse en la fila más conforme, aunque no tan contento y animado como lo hacía al principio. Pero sí que llevo una temporada escuchando comentarios que se hacen el uno al otro, que es lo que, en el fondo, me preocupa más.
Cuando se enfadan, se dicen que no van a ser amigos y a jugar juntos en el patio. Entonces al que se le dice eso se pone a lloriquear diciendo que si no es su amigo en el patio que va a llorar. Este último suele ser Sergio. También se dicen mucho últimamente no quiero ser tu hermanito o no me quiero separar de ti, son un poco ni contigo ni sin tí... Y también me han dicho alguna vez que es que no necesitan amigos, que los otros niños les agobian y que el mejor amigo del mundo es el chache.
Y entonces es cuando los miedos de la dependencia de uno en el otro, de la ansiedad de la separación, me surgen y me asaltan preguntas. Deberían ir juntos? Realmente es necesario que pasen por situaciones de ansiedad, con menos de 4 años, por estar separados? Le damos importancia o no? Es normal que pasen por períodos más dependientes?
Qué difícil saber si lo estás haciendo bien o no...