Revista Opinión

Ni la propina:

Publicado el 04 abril 2011 por Germanbg
Ya ni los camareros tienen derecho a esa propina que complementaba su sueldo.Salía este sábado a comer, a un restaurante de esos que tienen muy buena apariencia. No me refiero a uno de estos "modernos", sino, a una Pizzeria, donde terminas más que saciado.La comida exquisita, el servicio de los más correcto (que a veces de simpáticos se pasan). Ya ven, sólo tengo buenas palabras. La cena en familia increíble. Cuando ya nos íbamos a ir, quisimos mostrar el agradecimeinto por el trato recibido en forma de propina. La camarera, miró el dinero y nos invitó a recogerlo, -no hace falta-, -la propina va para el dueño-.¿Qué está pasando?, ¿Nos hemos dormido?Que sucedan cosas como esta no se puede permitir.Es verdad que estamos inmersos en una crisis durísima, pero no dejemos que este sea el pretexto para que unos pisoteen a otros (los ricos a los pobres, como no podía ser de otra forma).Ni la propina:Lo que está sucediendo es penoso. Que se lleguen a situaciones como la mencionada al principio del artículo da mucho que pensar. Quizás el problema radique en el mismo sistema, la verdad, no lo creo. El capitalismo tiene muchos fallos, es innegable, pero la historia nos ha demostrado que es la mejor opción. Si la sociedad avanza y no dudo que así es, es gracias a la forma en la que está estructurado el mercado.Podríamos mirar hacia el proceso globalizador que actualmente está en todo su apogeo. No escribiré tan seguro ahora, pero, pienso el inconveniente no es este. Este apartado merece un poco más de atención y que les explique, ¡oh! mis queridos lectores, mi punto de vista al respecto.Es cierto que la globalización acentúa la diferencia entre ricos y pobres. Igual de cierto es que muchas empresas trasladan su producción a países con legislaciones más permisivas y mano de obra más barata. Verán ustedes, la diferencia entre ricos y pobres mal que nos pese (a mi también, no se vayan a creer...) seguirá aumentando si la gestión del tipo acaudalado es buena. Esto es evidente, a nadie se le escapa, los adinerados pueden invertir más y mejor que el resto. Respecto al traslado de multinacionales a países menos desarrollados, tampoco es extraño. En España cuando aún nos oprimía el señor bajito (Franco que no Sarkozy), este proceso también se dio, en la última etapa. Crecimos gracias a la inversión extranjera en nuestro país (la mano de obra era barata, la legislación era permisiva, la población sumisa...). Claro que, ahora nos jode compartir y vemos con malos ojos que se pierdan puestos de trabajo que por alguna inexplicable razón creímos nos pertenecían. Para ilustrar lo dicho tengan a bien imaginarse un globo. Dibujen en el globo círculos de varios tamaños. Ahora hínchenlo, primero muy poco, después algo más. Verán que los círculos de gran tamaño crecen mucho más que los que eran menores desde un primer momento, no obstante, estos últimos aunque en menor medida, también crecen. El globo es nuestro planeta, los círculos el capital de las distintas personas. Tampoco me parece que la lamentable situación que se está dando y que estamos viviendo, venga dada de la codicia humana. El ser humano cuando está mal, quiere estar bien, y cuando está bien, quiere estar mejor. Compartiré ahora mis sospechas sobre lo que falla, ya digo, la culpa no la encuentro ni el capitalismo, ni en la globalización ni en la codicia (intrínseca esta, como ya expongo anteriormente, en nuestra propia naturaleza).El problema es la incompetencia, la falta de motivación de las admistraciones públicas (en contraposición con lo privado, donde se lucha por medrar y mantener la empresa a flote). La regulación es nefasta, no me lo negarán ustedes. Que las propinas vayan al empresario es inadmisible. Se toman decisiones absurdas o poco necesarias. ¡Regulen!, ¡no tengan miedo!. En Estados Unidos, absolutamente todo tiene una norma, se encuentra en la ley, los vacíos legales, brillan por su ausencia (aunque seguro alguno hay, tampoco son seres supremos estos americanos).Por nuestra parte, también podemos aportar nuestro granito de arena. Denunciar en Facua (Consumidores en Acción), me parece una buena opción. No nos dejemos pisotear. Pensemos, leamos y actuemos. *Nota: Al escribir este artículo me han venido no pocos destellos de Dictadura de la Incompetencia de Xavier Roig.Un Saludo

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