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La personalidad y comportamiento de tu hijo único no está ligada a su condición. Tu hijo único no tiene porque ser diferente al resto de niños con hermanos, si es que nosotros como padres nos aseguramos de brindarles una educación equilibrada, basada en la disciplina equilibrada y el amor.
Nadie tendría porque ensalzar en demasía, ni tampoco denigrar o rebajar a los niños que no tienen hermanos, mucho menos compadecerlos porque se piense que son niños que están condenados en el futuro a la soledad.
Pensar así, es pensar que nuestro hijo único no tendrá capacidad para ser un buen amigo e ir creando relaciones interpersonales durante su vida. Lo más probable es que el problema está en nosotros los padres. Busca dentro de ti, dentro de tus propios temores, por ahí puede estar el porqué de ser tan negativos y pesimistas con respecto al futuro de nuestro hijo o hija.
Es verdad que la creencia popular da a pensar que los hijos únicos son más caprichosos y egoístas que el resto, así como que tendrían más dificultad para relacionarse con otros niños, pero esto obedece más a un mito que a la realidad, pues especialistas confirman que no es necesaria la convivencia con hermanos o la rivalidad con estos para que los hijos únicos aprendan a compartir, socializar y resolver los problemas. Si es que tu hijo va al jardín de infancia o al colegio seguro estas de acuerdo conmigo en que ahí aprenden a socializar, a competir y hasta pelear, a veces más de la cuenta.
No ensalzar a los hijos únicos no significa que nos ceguemos a las ventajas que tienen sobre el resto de niños con hermanos, como por ejemplo la capacidad para forjar una autoestima mayor, aprender a manejar mejor los momentos de soledad y fortalecer el carácter.
Esto se debe a que reciben de parte de nosotros los padres atención exclusiva, lo que hace que en el colegio por ejemplo, sean niños con un rendimiento un poco superior al resto. Mi hijo no es la excepción, siempre ha sido el niño más destacado de su clase hasta el día de hoy y no voy a negar que aunque él es un niño brillante por naturaleza, he estado muy pendiente de que sea un niño responsable con sus deberes escolares.
Pero así como hay ventajas, también existe la parte negativa de ser hijo único, es que existe el riesgo de que los padres volquemos excesivas expectativas en nuestros hijos, llegando a abrumarlos o frustrarlos en ocasiones. Hay que tener cuidado con eso, recordemos que nuestros hijos son niños, no adultos pequeños, no les pidamos más de lo que pueden dar.
Sin importar la razón por la que tenemos hijos únicos, debemos respetarnos. La maternidad nunca debe ser impuesta, debe surgir del corazón, y si el corazón nos dice que uno es lo que queremos, con uno nos quedaremos.
Solo concentrémonos en que nuestra labor de padres es brindar el cariño y atención que nuestro hijo se merece, sin olvidar que la disciplina en todos los niños es para bien, siempre y cuando se de con amor, con la intención de corregir, nunca con la intención de quitarnos el estrés que llevamos dentro.
Recordemos “ser hijo único no implica ningún problema”, los hijos únicos no son ni mas, ni menos. Ser hijo único es una condición a la que nuestros niños pueden sacar provecho y ser personas felices, con una gran capacidad de dar amor, lo que hará que jamás estén solos, tendrán muchos amigos y algún día formarán su propia familia.
En conclusión, aunque en general se suele pensar que tener más de un hijo ofrece algunas ventajas a lo largo de la vida, ser hijo único no implica ningún problema siempre y cuando los padres no cometamos los típicos errores como un excesivo control, sobreprotegerlos o volquemos todas nuestras expectativas sobre ellos.
Por Mi Hijo Único Blog