Algo nostálgico, pero igualmente conectado al futuro.
Ese es el tipo de mundo que quería crear.
—Joe Hisaishi, compositor de la banda sonora
de Ni no Kuni: Wrath of the White Witch[1]
¿Se puede ser extraordinario sin ser considerado revolucionario? Responder a esta pregunta no es necesariamente fácil, al igual que resulta complicado decidir si el esperado y aplaudido Ni no Kuni: Wrath of the White Witch (2013) es un parte aguas en la historia de los videojuegos de RPG, o “tan solo” se trata de un juego excepcional.
Ni No Kuni cuenta con una importante lista de atributos que lo colocan como un referente de calidad para cualquier RPG que quiera ser recordado en el futuro pero, a la vez, parece estar lejos de revolucionar la forma de hacer este tipo de juegos. En otras palabras, el mérito
de Ni no Kuni no es haber hecho algo nuevo, sino haber creado algo mejor que todos los demás en su momento. Sabiendo identificar aquellos elementos que hicieron legendarios a juegos como FFVI (1994), FFVII (1997), Chrono Trigger (1995), Secret of Mana (1993), Earthbound (1995), Super Mario RPG: Legend ofthe Seven Stars (1996), o Pokemon Red/Blue (1996), el equipo creativo de los galardonados estudios japoneses, Level-5 (creadores de las series de Professor Layton y Dragon Quest), dio un paso firme y muy acertado al apropiarse de los méritos de cada uno de estos juegos y desarrollar una identidad propia.Por supuesto, la característica más llamativa de Ni no Kuni –por lo menos en un principio– es su particular diseño que emula aquel nostálgico sentir de las caricaturas en celuloide. Pues bien, ya todos saben que esta labor la llevaron a cabo los icónicos Estudios Ghibli, responsables de producir inmejorables películas animadas, como La Princesa Mononoke (1997), El Viaje de Chihiro (2001), Nausicaä (1984), Porco Rosso (1992), Laputa: Castillo en el Cielo (1986), Mi Vecino Totoro (1988), y Kiki: Entregas a domicilio (1989), entre muchas otras.Ahora bien, el cruce entre Estudios Ghibli y un juego como Ni no Kuni fue sorpresivo para muchos; sin embargo, si echamos un vistazo a varias películas de estos estudios japoneses de animación y al enfoque de su legendario director, Hayao “Su majestad” Miyazaki,
encontramos que muchas de las historias y personajes que han llevado a la pantalla son similares a aquellos que uno espera encontrar en un buen juego de RPG (¡toma nota, Square Enix, por amor de dios!). Los héroes en las películas de Estudios Ghibli no siempre son (resalto, no siempre) quienes cuentan con la mayor cantidad de atributos, pues se trata de personajes que se distinguen por su cualidad humana y que, por azares del destino, se topan con un acontecimiento extraordinario —así como también ocurre, en mayor o menor medida, con Terra, Cloud, Chrono, Ash o Nes.Joe Hisaishi
Sea como sea, Ni no Kuni nos empuja a nosotros, simples mortales, a una aventura extraordinaria llena de emociones y magia de la mano del protagonista del juego, el pequeño Oliver. Eso sí, nada dice “extraordinario” como una buena banda sonora, y aquí yace otro de los grandes aciertos de este juego. Aprovechando el hecho de estar colaborando directamente con Estudios Ghibli en el diseño del videojuego, el equipo creativo de Ni no Kuni decidió invitar al proyecto a nada menos y nada más que el talento detrás de la música de varias de las más icónicas películas de estos estudios: Joe Hisaishi.
No muchos lo saben, pero reconocido nombre de Joe Hisaishi es tan sólo un nombre artístico que adoptó alrededor de los primeros años de la década de los ochenta, pues este emblemático compositor se llama en realidad Mamoru Fujisawa;[2] sin embargo, ¿para qué ir contra la corriente? Si el señor Fujisawa desea ser conocido en todo el mundo como Joe Hisaishi, Bitúsica no se opondrá a esta noción.
Japonés de nacimiento, Hisaishi comenzó a desarrollar su talento musical desde los cinco años, cuando empezó a tomar clases de violín.[3] Al cumplir 18 años de edad, Hisaishi se enroló en el Colegio Kunitachi de música,
de donde se graduó de la carrera de composición y tuvo la fortuna de ser alumno del inmortal Takeo Watanabe[4] —quien compusiera, entre muchas otras obras, los temas de Cutie Honey (1973) y Candy Candy (1975). Teniendo un interés particular por la música minimalista, comenzó su carrera profesional en 1974 colaborando ocasionalmente en un programa de animación de nombre Gyatoruzu (First Human Giatrus).[5] Sin embargo, conforme los distintos géneros musicales se fueron incorporando y acentuando en Japón, el estilo de Hisaishi también se volvió más robusto a lo largo de los años gracias a la incorporación corrientes orquestales en sus composiciones.La relación con los Estudios Ghibli se forjó tan temprano como fue posible, pues Hisaishi compuso la banda sonora de la genial, Nausicaä[6] —película basada en el manga del mismo nombre escrito por el propio Miyasaki y considerada como el primer largometraje de dichos estudios, aun cuando estos no se habían conformado de manera oficial al momento de su lanzamiento en cines. Desde entonces, Hayao
Miyasaki y Joe Hisaishi formaron una gran amistad que, para nuestro favor, ha dado grandes frutos a lo largo de más de dos décadas. Por supuesto, gracias al sobrecogedor éxito que se derivó de su impecable colaboración con Estudios Ghibli, Hisaishi logró desarrollar sus múltiples aspiraciones artísticas, incluyendo la consolidación de su carrera como solista, colaborar musicalmente en varias películas extranjeras y su incursión al cine como director y guionista.En cuanto a la banda sonora de Ni no Kuni: Wrath of the White Witch, Hisaishi nos regala un excelente repertorio cargado con familiaridad y sorpresa al mismo
Joe Hisaishi
tiempo. Las emociones que dan vida a las más de treinta canciones que contempla el soundtrack para PS3 lanzado por la disquera francesa, Wayô Records, van desde la exaltación y la alegría, hasta la amenaza y la tristeza. Nada nuevo que mostrar en principio pero, una vez más, como obra completa, Ni no Kuni no trata de revolucionar, sino de colocarse como un gran juego —por lo tanto, Hisaishi entrega una gran banda sonora. Fiel a su estilo, en este soundtrack encontramos melodías sencillas y recurrentes, pero con esa cualidad casi atemporal que ha caracterizado su trabajo a lo largo de varios años. No se trata de canciones que despierten emociones necesariamente distintas a las que esperamos destapar al jugar un juego como este, pero la forma en que la obra de Hisaishi consolida la identidad de Ni no Kuni es admirable.
La orquestación, los elementos de música irlandesa (en especial esa flauta transversal que acompaña el tema principal y cada una de sus variantes), y la indiscutible capacidad de Joe Hisaishi para crear paisajes sonoros, se combinan y crean la atmósfera que el juego demanda. Quizá, la banda sonora de Ni no Kuni no sobrepase lo logrado en los soundtracks de “El Viaje de Chihiro”,
“La Princesa Mononoke”, “Laputa: Castillo en el Cielo” o “Nausicaä” pero, sin lugar a dudas, es un extraordinario trabajo el que realizó Hisaishi —aún más si consideramos que logró componer las 21 canciones originales del juego en tan solo 7 días.[7] No obstante, recordemos que este compositor no trabaja únicamente para estudios Ghibli, y que también cuenta con obras que, para algunos de nosotros, son aún más memorables que sus contribuciones para dichas películas animadas. Ejemplos de esto se pueden encontrar, específicamente, en su trabajo dentro de películas y programas de televisión tales como, I Want to be a Shellfish (2008), A Cloud on the Slope, Villain y, por supuesto, Departures.Ahora bien, es importante precisar que en esta ocasión estamos hablando de la banda sonora original de Ni no Kuni: Wrath of the White Witch para PS3, por lo que es necesario aclarar que dentro del juego existen algunas canciones que no fueron incluidas en el lanzamiento comercial del soundtrack oficial. Estas
Rei Kondoh
canciones (algunas de las cuales no pasan del minuto de duración) fueron compuestas por Rei Kondoh,[8] quien ha mostrado gran talento con su música en juegos como Okami y el interesante Bayonetta, y de quien esperamos hablar próximamente en Bitúsica. Al día de hoy, aún no se ha anunciado un re-lanzamiento de la banda sonora con todas (ahora sí, TODAS) las canciones incluidas en el juego. Por el momento, aquí hay uno de los temas creados por Kondoh para que se den una idea de lo que nos estamos perdiendo. Sea como sea, nada pasa por debajo del radar de Bitúsica y se le otorga crédito a cada uno de los compositores involucrados sin importar el tamaño de su contribución, pues lo que agradecemos es su talento.
En conclusión, Joe Hisaishi desarrolla la atmósfera ideal para este gran juego que ha dejado a más de uno con ganas de más. La nostalgia que transpira la pantalla al acompañar a Oliver a través de ciudades, bosques, desiertos, mares y montañas se estrella con la emoción y la temperatura que emana de una banda sonora impecable cortesía de quien ya es considerado una leyenda viviente. Al igual que el juego, la banda sonora de Ni no Kuni: Wrath of the White Witch no es revolucionaria, pero tampoco buscaba serlo. Su honestidad y sobria personalidad la hacen destacablemente compatible con el mundo que Level-5 imaginó y que Estudios Ghibli volvieron una realidad; y eso le vale el obtener el cotizado Sello de Genialidad de Bitúsica.
P.D. Por favor, Square Enix, después de más de una década… ¡DESPIERTA YA!
[1] Ni no Kuni: Wrath of the White Withch – PS3- The Music of Joe Hisaishi (Behind the Scenes #3) https://www.youtube.com/watch?v=_Bcf0X7Vlh4
[2] Página oficial de Joe Hisaishi, “Biography”, http://joehisaishi.com/biography.php
[3] Idem.
[4] Idem.
[5] Idem.
[6] Discography of Joe Hisaishi, en “Nausicaa.Net”. http://www.nausicaa.net/miyazaki/hisaishi/discography.html
[7] https://www.youtube.com/watch?v=_Bcf0X7Vlh4 Ni no Kuni: Wrath of the White Withch – PS3- The Music of Joe Hisaishi (Behind the Scenes #3)
[8] Believe it or not Rei Kondoh helped with Ni no Kuni’s music, en “Game Spot.com” http://www.gamespot.com/ni-no-kuni-wrath-of-the-white-witch/forum/believe-it-or-not-rei-kondoh-helped-with-ni-no-kunis-music-65334400/