Esto es sólo mi opinión, que cambia constantemente. No me creas. Crea la tuya.
Un monje principiante y otro que llevaba años en el proceso de crecimiento conversan:
–¿Por qué acudiste al maestro?
–Porque la vida no iba a ninguna parte ni me daba nada.
–¿Y adónde va ahora tu vida?
–A ninguna parte.
–¿Y qué te da ahora?
–Nada.
–Entonces, ¿cuál es la diferencia?
–Ahora no voy a ninguna parte porque no hay ninguna parte adonde ir; y no tengo nada porque no hay nada que desear.
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