Casi la mitad de los jóvenes españoles está desempleada, por lo que en el supuesto imposible de que todos los que tienen 35 años empezaran a trabajar hoy mismo, deberían seguir incansables hasta los 73,5 años para cobrar su pensión completa, que para entonces será miserable.
Cualquier joven desempleado, preparado para trabajar por sus estudios u oficio, le dirá que no confía en que algún día vivirá de una pensión digna, esperanza que sí tenían sus padres e incluso abuelos.
El acuerdo de los sindicatos con el Gobierno de que se deberán cotizar 38,5 años para cobrar la pensión completa, siendo la española una de las más bajas de Europa y en degradación creciente al no revalorizarse, hace que cualquier joven desempleado crea que para él jamás habrá sociedad del bienestar.
A ninguno de esos millones de jóvenes que se ven por la calle o que están en nuestro entorno les espera una vejez apacible como la que se prometía hace tres décadas.
En lugar de copiar textualmente la legislación laboral de países prósperos como la de Alemania, lo que suponía también crear un sistema de pensiones para muchas generaciones, en España fueron reformándose levemente las leyes franquistas del estado nacionalsindicalista heredado por Toxo y Méndez.
Estamos prácticamente en los cinco millones de desempleados, con solamente 17 millones de personas empleadas porque los empresarios no se arriesgan a crear trabajo.
Y es que en una mala racha o una crisis tienen que empeñar su casa y hasta su ropa para indemnizar a los despedidos por el cierre.
Sí. En España sindicatos y gobiernos aún mantienen el resabio fascio-franquista del sagrado derecho al empleo nacionalsindicalista, e incluso debe indemnizarse el despido del incompetente, vago o ladrón.
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Sabio SALAS:
Mire usted lo que iba a hacer el camarada Toxo si no había acuerdo con ZP, siguiendo el ejemplo de su crucero por el Báltico.