
Que los nacionalistas insten a los demás partidos a presentar otra propuesta porque la que se dio a conocer la semana pasada no les gusta, demuestra hasta qué punto CC se ha instalado en el más absoluto inmovilismo en relación con este asunto. Lo que debería hacer es presentar la suya y demostrar con hechos que tiene voluntad real de producir un cambio, por leve que sea, en el sistema electoral. Una mera reducción de las barreras de acceso al Parlamento es un magro resultado después de dos años de funcionamiento de una comisión parlamentaria de estudio del sistema electoral por la que pasaron decenas de expertos. De ellos, se pueden contar con los dedos de una mano y sobran varios los que consideran el sistema canario homologable con el de una democracia representativa moderna. Los partidos que cerraron el compromiso de cambiar ese sistema – PP, PSOE, Nueva Canarias y Podemos – renunciaron a posiciones de partida mucho más ambiciosas para hacer posible el consenso. Que CC y la Agrupación Socialista Gomera se hayan descolgado no debería ser motivo para que las fuerzas que lo suscribieron se echen ahora atrás por razones políticas cortoplacistas. Hay que recordar que todos los firmantes se han comprometido reiteradamente ante los canarios a tener nuevo sistema electoral en 2019. Incumplir ese compromiso porque primen otros intereses partidistas, les retrataría ante la sociedad canaria como cómplices de la desmesurada desproporción del peso de los votos de los ciudadanos en función de la isla de residencia. Sea en Canarias, en donde los firmantes del acuerdo suman dos tercios de los escaños del Parlamento, o sea en Madrid a través de la reforma del Estatuto de Autonomía, ha sonado la hora de demostrar que el sistema electoral canario no está escrito en piedra. A CC le quedan dos opciones: sumarse con las aclaraciones que estime a un acuerdo más que modesto que no le perjudica políticamente o aparecer ante los ciudadanos como un partido obstruccionista de un nuevo sistema electoral más justo, cuya necesidad democrática solo los nacionalistas se empeñan en negar contra toda evidencia.
