Es posible destruir a una persona con palabras, miradas, sobreentendidos; eso es la violencia perversa o el acoso moral. Marie France Hirigoyen.
Cambiar de hábitos no es fácil, éstos dejan una huella específica en nuestros circuitos cerebrales, cambiando literalmente el modo en el que trabajan nuestras neuronas. Muchos de los hábitos que tenemos en nuestra vida son adquiridos en nuestra infancia inculcados en nuestro hogar, sobre todo, por nuestros padres y abuelos. De tal manera que cuando lleguemos al colegio sepamos distinguir lo que está mal de lo que está bien. Pero cuando los buenos hábitos y los buenos valores no nos son inculcados en casa, y al contrario, si lo que vemos es; violencia, envidias, malas palabras, desarraigo, intolerancia, frustración, desobediencia, malas formas... ¿Qué ocurre cuando se llega al colegio?
La falta de ética, buena educación y valores, es lo que está llevando a nuestra sociedad a esta plaga de abusos y acosos en las aulas, equiparable a la violencia de género.
Hay chic@s que se creen líderes, porque dedican su estancia en el colegio a reírse de algún compañero, y porque otros aún más cobardes que él, le respaldan con su silencio. El que disfruta vejando a un compañero debe saber que es un débil y además un delito, y los que lo consienten son sus cómplices. La falta de personalidad, es lo que hace que varios alumnos se unan contra otro que si la tiene para derrotarlo, y eso es lo que muchos profesores no ven, o no quieren ver.
En este tema los culpables son todos menos el acosado. Aunque parece ser, que como esto es el mundo al revés, al final el acosado termina siendo el culpable de su desgracia. Y en algunos casos acaba quitándose la vida, porque no ha sido capaz de enfrentarse al delincuente que le estaba molestando; bien porque no encontraba apoyo, bien porque no se atrevía a contarlo, bien porque nadie le iba a creer o bien porque como viene siendo costumbre en el colegio no sabían nada o no querían saberlo. Una moda muy generalizada en los colegios, es la de elegir por parte del profesor a dos o tres alumnos de confianza para poner orden cuando él o ella no están. Esos alumnos muchas veces tiranizan la clase, y como encuentren a una víctima la machacan con el beneplácito de los demás y, por supuesto del profesor, que al ser de su confianza les cree siempre a ellos.
También están los chivatos de patio; esos que en vez de jugar como los demás, se dedican a ver que está haciendo o diciendo alguno para después dar el parte al profesor. Si éste alimenta esa conducta, pues el chivato seguirá con su trabajo de investigación hasta que un día se encuentre con lo que no espera.
Los alumnos diana siempre son los que sobresalen por algo o los que son diferentes.
Existe otro tipo de bullying del que casi nadie habla y es del profesor acosador. (el caso contrario alumno-profesor ya lo escribí en mi post "Mejor que no nos pase nada"). Algunos docentes abusan de su situación de poder, y por una razón o por otra, la toman con algún alumno en concreto, y estos sufren desaprobaciones de exámenes sin causa visible, trato distante, mentiras o castigos injustos, humillación en público frente a los compañeros, burlas, desprecios y, por encima de todas las cosas, el trato desigual ante los demás. Los docentes que practican bullying sobre alumnos suelen actuar motivados el miedo a perder el control de una clase o el miedo a ser dejados en ridículo por aquellos alumnos talentosos e inteligentes.
¿Será el momento indicado para un cambio en el sistema educativo y la hora de extinguir las actitudes corporativistas? (Véase mi post "Mi propuesta educativa")
Os recomiendo mis post; "NO TE CALLES Y NO LO CONSIENTAS"
"INSULTAR EN LA RED TIENE PRECIO"
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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