Revista Cultura y Ocio

Nicky Hopkins. “Edward”

Publicado el 13 mayo 2016 por Raúl Rn

La historia del rock está llena de héroes anónimos, de músicos que, con su profesionalidad y dedicación han colaborado al engrandecimiento de este género. Algunos consiguieron saltar al estrellato en algún momento de su vida, es el caso, por ejemplo, de Jimmy Page o de los miembros del grupo Toto; otros, sin embargo, vivieron siempre al margen de la fama, arropados por el éxito de otros. El pianista inglés Nicky Hopkins fue uno de ellos. Nacido en 1944, comenzó a tocar el piano a una edad muy temprana; a comienzos de los sesenta ya formaba parte de la banda Screaming Lord Sutch's Savages, en la que también militaron figuras del rock tan destacadas como Ritchie Blackmore, Jimmy Page, Mick Abrahams o Jeff Beck; y, más tarde, se enrolaría en una de las formaciones pioneras del R&B británico: The Cyril Davies All Stars. Sin embargo, su delicada salud -sufría de la Enfermedad de Crohn- le obligó a alejarse de las giras, comenzando así su carrera como músico de sesión. Durante los años sesenta y setenta, Nicky Hopkins trabajó para buena parte de los mejores grupos y artistas del momento: The Kinks, The Rolling Stones, The Beatles, Donovan, The Who, Jeff Beck, Jerry García, Cat Stevens, Jefferson Airplane, Steve Miller Band, Joe Cocker, Marc Bolan, etc. Ese piano que suena en algunos de los temas más conocidos de estos grupos -y de otros- es el de Hopkins, en ocasiones bien notorio, otras veces oculto o situado de manera secundaria en la canción. Aunque su contribución como músico de sesión es excepcional, también grabó algún disco en solitario, como " The Tin Man Was a Dreamer", su segundo trabajo de estudio, para el que contó con la colaboración de artistas tan destacados como George Harrison, Mick Taylor, Bobby Keys o Jim Price. Es un disco francamente recomendable, con una producción y unos arreglos muy cuidados, que incluye temas rocanroleros ("Speed on", "Banana Anna" o "Pig's Boggie"), otros más orientados hacia el folk-rock ("Waiting for the Band"), baladas ("The Dreamer") y el resto son canciones son de pop-rock con elementos psicodélicos y jazzísticos; es el caso de "Edward", realmente la versión de un tema anterior que Hopkins escribió para el grupo psicodélico Quicksilver Messenger Service, del que también formó parte. La versión primigenia de "Edward" se titulaba " Edward, The Mad Shirt Gringer ", duraba más de nueve minutos y fue incluida en el álbum "Shady Grove" (1969).


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