Como manda la tradición de las brujas, al cumplir los 13 años Nicky se ve obligada a abandonar su hogar durante un año entero para desarrollar al completo sus poderes y aprender a usarlos para ayudar a los demás.
Nicky la aprendiz de bruja es una adaptación en imagen real de la novela de Eiko Kadono, que ya fue adaptada en forma de animación por Hayao Miyazaki en 1989.
Desconozco el texto original, así que no puedo comentar su grado de adaptación o el nivel de fidelidad con el mismo, pero imagino que el tema central es el paso de la niñez a la edad adulta, las decisiones que deben tomarse y las dificultades que ello supone. Este precisamente es, desde mi punto de vista, un aspecto que lastra la adaptación animada de los Estudios Ghibli, puesto que esa película es en general muy alegre, desenfadada y optimista, algo que contrasta bruscamente con el momento en el que Nicky sufre su pérdida de confianza y su visita a la artista del bosque, tocándose entonces aspectos más serios que no llegan a desarrollarse del todo y que no hacen mucho más que ralentizar el ritmo de la narración.
La adaptación en imagen real está dirigida por Takashi Shimizu (responsable de diversos títulos de terror oriental a principios de los dosmiles), que opta por darle un aire más dramático enfocado en "la desconfianza que generan las brujas porque traen maldiciones" (algo que en la versión animada se limitaba a un comentario anecdótico de un personaje secundario), algo que irá minando a Nicky, dificultándole alcanzar su objetivo y completar su año de aprendizaje. De todas formas, el tema tampoco se desarrolla completamente, limitándose su solución a un momento fugaz durante el epílogo. Con todo, el tono de la película está orientado esencialmente hacia un público infantil, al que me da la impresión de que tampoco logra atrapar de todo.
Visualmente hablando, nos encontramos con unos escenarios y decorados muy elaborados, con diversos planos aéreos de bonitos paisajes. Los efectos especiales de las escenas de vuelo en escoba son bastante aceptables, así como el CGI del gato de Nicky (que tampoco sale demasiado); no sucede lo mismo con los hipopótamos, que podían habérselos ahorrado o usar directamente peluches de goma en su lugar.
No es especialmente recomendable, pero tampoco resulta una mala inversión de tiempo.