Nicolás de Ovando En 1501, Nicolás de Ovando fue nombrado por los Reyes Católicos gobernador de las Indias. Un año después, ordenó refundar Santo Domingo en un nuevo enclave, y hoy se le conmemora con esta estatua en dicha ciudad.
Nicolás de Ovando En 1501, Nicolás de Ovando fue nombrado por los Reyes Católicos gobernador de las posesiones castellanas en las Indias. Poco después refundó Santo Domingo en un nuevo enclave. Esta estatua suya se encuentra en dicha ciudad, capital de la República Dominicana.
Nicolás de Ovando (c. 1451-1511), administrador colonial español, gobernador de las Indias (1501-1509), destacada figura del primer periodo de dominio español sobre los territorios americanos.
2 AL SERVICIO DE LOS REYES CATÓLICOS
Nació en la localidad cacereña de Brozas y fue criado en la ciudad de Cáceres, pero no hay acuerdo sobre la fecha de su nacimiento, que pudo suceder en torno a 1451 o pocos años después. Perteneciente a una encumbrada familia extremeña, creció en plena guerra de Sucesión de Castilla (1474-1479), tras la muerte del rey Enrique IV. Fue educado en un ambiente de intensa religiosidad, integridad y responsabilidad moral, y desde muy pronto se convirtió en ferviente partidario de la reina castellana Isabel la Católica. Ingresó en la Orden de Alcántara para dedicarse al servicio de la Iglesia y de la monarquía, y algo más tarde, en 1478, era ya comendador de Lares, una de las más importantes encomiendas de esa orden militar. Fue una de las diez personalidades designadas por los Reyes Católicos (la reina Isabel y su esposo, el monarca aragonés Fernando II) para acompañar al príncipe heredero don Juan en la corte preparada para él en Almazán. Esos diez hombres habían sido escogidos por su importancia en las cuestiones militares, en los asuntos públicos, en las letras y en las artes, así como por su religiosidad. Esta etapa finalizó en 1497, tras la muerte del príncipe. Nicolás de Ovando no dejó de participar en los asuntos internos de la Orden de Alcántara, cuyo Maestrazgo pasó definitivamente, en 1494, a depender de la Corona de Castilla. Como eminente colaborador de los Reyes, de cuyo favor disfrutó de forma permanente, fue nombrado dos veces visitador de la Orden, y se encargó de la reconstrucción de la propia ciudad de Alcántara, muy deteriorada por la guerra de Sucesión castellana.3 GOBERNADOR DE LAS INDIAS
Con este perfil de hombre de confianza de los Reyes Católicos, Nicolás de Ovando fue nombrado gobernador de las Islas y Tierra Firme (es decir, de las Indias) el 3 de septiembre de 1501, en sustitución de Francisco de Bobadilla. A principios de 1502 capitaneó una flota de 31 o 32 navíos y no menos de 2.500 personas, entre las cuales se encontraban Francisco Pizarro, Juan Ponce de León y Bartolomé de Las Casas, que arribó el 15 de abril de ese año al puerto de Santo Domingo, en la isla de La Española. Durante los meses siguientes murieron más de mil personas, por causas diversas, tales como la falta de adaptación al trópico, la fiebre por extraer oro o la escasez de alimentos. Poco después de llegar la flota de Ovando, un huracán destruyó Santo Domingo. Esto permitió refundar la ciudad eligiendo un nuevo enclave: la orilla occidental del río Ozama, donde actualmente se encuentra. También se inauguró un nuevo proyecto urbanístico, trazada a regla y cordel como mandaban los cánones renacentistas. Este modelo urbano fue tenido en cuenta posteriormente al fundarse otras ciudades americanas. Entre 1502 y 1504, Ovando terminó de levantar el mapa urbanístico de la isla, completando así lo hecho por Cristóbal Colón. Facilitaron esta tarea las guerras del Higüey (1502-1503), con efecto en varias fundaciones de la zona oriental de la isla, desde las que saldrían después los pobladores españoles hacia Puerto Rico, tras la expedición de Juan Ponce de León, quien en 1508 recibiría de Ovando la pertinente capitulación para colonizar dicha isla. La pacificación de Jaragua (1503-1504), con el consiguiente apresamiento de la indígena rebelde Anacaona a cargo de Diego Velázquez de Cuéllar, sembró de ciudades la parte occidental de la isla de La Española, desde donde se organizaría el poblamiento de Cuba. El 20 de diciembre de 1503, la reina Isabel la Católica firmó una Real Provisión legalizando los repartimientos de indios en favor de los españoles. Con este documento nacía la encomienda americana. Desde 1503 hasta 1505 Nicolás de Ovando generalizó los repartos de indios en la isla de La Española, lo que permitió desarrollar inmediatamente y a gran escala la producción aurífera. Durante su gobernación, Nicolás de Ovando demostró una oposición abierta a Cristóbal Colón y a todo lo colombino: en 1502 el almirante y descubridor le advirtió de la inminencia de un huracán, y aconsejó que no saliera la flota que iba a volver a España; Ovando hizo caso omiso de este consejo. Por esto no se comprendió que se perdiera la flota en que regresaba Francisco de Bobadilla con un importante tesoro. El segundo ejemplo fue más escandaloso: cuando en 1503 Diego Méndez, después de ser enviado en canoa por Colón desde Jamaica a La Española para informar a Ovando de la situación en que se encontraban quienes formaban parte del cuarto viaje colombino al Nuevo Mundo (encallados en la bahía jamaicana de Santa Ana), el gobernador tardó unos siete meses en permitir que aquéllos fueran auxiliados. El 9 de julio de 1509, Ovando fue sustituido por el hijo del descubridor de América, Diego Colón, en la gobernación de las Indias. Pocos meses después regresó definitivamente a España, donde murió el 29 de mayo de 1511, en medio de una junta capitular de la Orden de Alcántara celebrada en la localidad homónima. Fue enterrado en el alcantareño convento de San Benito.