Entre 1999 y 2006 aproximadamente hubo una primera oleada de discos de pianistas dedicados a la música para ese instrumento de Philip Glass. Las grabaciones estaban centradas en obras como “Metamorphosis”, “Wichita Vortex Sutra”, “Mad Rush” y en arreglos para piano de otras piezas. Tras ese “boom” dejaron de aparecer discos de ese tipo y le tocó el turno a los cuartetos de cuerda del compositor. De un tiempo a esta parte, sin embargo, parece haber resurgido el interés por su obra para piano, paralelo a la ampliación del repertorio del músico con la adaptación de obras antiguas que no estaban escritas inicialmente para ese instrumento, a la aparición de los “Etudes” y la flexibilidad de buena parte de la obra reciente del compositor, de sencilla transcripción a distintas sonoridades.
Dentro de este último “revival” del Glass pianístico, ha aparecido recientemente el que parece ser el primer volumen de una serie que pretende recoger la integral del compositor para las 88 teclas. En él, el pianista francés Nicolas Horvath afronta un repertorio no del todo común cuyo mayor interés radica en dos piezas: la seminal “How Now” y la más moderna “Dreaming Awake” por diferentes razones.
Horvath se formó en la Academia de Música Principe Rainiero III de Mónaco convirtiéndose pronto en un destacadísimo pianista que es considerado hoy uno de los mejores intérpretes de Liszt, lo que es impedimento para desarrollar una carrera centrada principalmente en compositores contemporáneos. Recientemente organizó un mastodóntico homenaje a Philip Glass en París en el que más de 120 compositores presentaban piezas en las que de un modo u otro rendían tributo al compositor norteamericano. Los conciertos del propio Horvath tienen duraciones descomunales y, en ocasiones, han superado las doce horas, casos de sus repasos integrales al propio Glass o las extraordinarias interpretaciones de la “Vexations” de Erik Satie. Además de su faceta de intérprete, Horvath es también compositor aunque no hemos tenido ocasión todavía de explorar esa parte de su producción. “Glassworlds · 1” es, como hemos dicho, el primer volumen de sus interpretaciones de Glass.
Nicolas Horvath
“Glassworks: I. Opening” - Comienza el recital con una composición casi ineludible en este tipo de discos: el primer movimiento de “Glassworks”, el disco con el que el compositor debutaba en Columbia Records en 1981. La aproximación de Horvath a la pieza es profundamente lírica, con un sentimiento que cuesta adivinar en otras versiones, incluyendo la del propio compositor.
“Orphée Suite” - En el año 2000 el pianista Paul Barnes realizó con el permiso de Glass una serie de arreglos de algunas piezas de la ópera “Orphée”, parte de la trilogía que el músico realizó sobre obras de Jean Cocteau. Esas composiciones, bautizadas como la “Orphée Suite” son las que incorpora aquí Horvath. En el primero de los movimientos escuchamos a un Glass completamente diferente a lo habitual en un “ragtime” heredero directo de Scott Joplin. Sin perder ni un ápice de su estilo, el compositor se las arregla para homenajear a uno de los estilos más genuinamente americanos. El segundo movimiento es, a nuestro juicio, la joya de la corona. Una de las más emocionantes composiciones salidas de la metafórica pluma de Philip Glass a pesar de ser una miniatura que no llega a los dos minutos de duración. Profundamente romántico y expresivo como pocas veces. El tercer movimiento, que se corresponde con el descenso al inframundo, es mucho más tenso y cercano al Glass de los “Études”. Cuenta con motivos breves de gran belleza que ponen algo de luz a una partitura oscura en su mayor parte aunque con el citado poso romántico muy presente. En el siguiente movimiento se pone de manifiesto esto que afirmamos. Con melodías de construcción muy sencilla pero de gran poder de atracción para el oyente, el músico narra el encuentro de Orfeo con la princesa en un pasaje esperanzador y emotivo. La tensión narrativa vuelve con el breve quinto movimiento de la suite, de gran dinamismo como corresponde al relato del regreso a la casa de Orfeo en la ópera. La muerte del protagonista centra la acción del siguiente segmento de la obra que no es triste y oscuro como cabría esperar sino que posee una cualidad optimista. Recupera, además, el tema central de la obra como punto central de la narración antes de concluir la suite con un regreso al motivo del excepcional segundo movimiento, ahora mucho más desarrollado de modo que es casi irreconocible.
“Dreaming Awake” - Quizá el gran atractivo del disco es la inclusión de esta pieza. Fue escrita por Glass en 2003 y publicada en una limitadísima edición (500 copias) con fines benéficos y bajo la premisa de que jamás volvería a ser editada en ningún otro disco del artista. Evidentemente, eso no impedía que otros intérpretes la grabasen por su cuenta pero hasta hoy, más de diez años después, nadie había dado el paso que Horvath da en este trabajo. Glass no es un intérprete virtuoso y eso tiene mucho que ver con la forma de componer para el piano, especialmente en aquellos años en que tenía en mente que él mismo debería tocar esa música. Por ello, “Dreaming Awake” no es una obra particularmente complicada aunque sí tiene una extensión desacostumbradamente larga para lo habitual en su autor (excluyendo, claro está, su etapa puramente minimalista en la que la larga duración de las composiciones era parte de su marca de fábrica). En los 16 minutos que dura “Dreaming Awake” escuchamos toda la variedad de recursos del Glass de los “études” y también, como bien advierte Horvath en las notas del disco, del de la banda sonora de “The Hours” escrita con pocas semanas de diferencia.
“How Now” - Cierra el disco una composición perteneciente a los años del Glass más radical, aquel cuya reducción al máximo de melodías y recursos le convirtió en abanderado del minimalismo a finales de los años sesenta. Aunque inicialmente se trataba de una pieza para órgano eléctrico, con posterioridad se han grabado versiones para ensemble (a cargo de Alter Ego) y para piano. Es una característica común a toda la música de Glass en aquellos años pero en “How Now” está particularmente presente la influencia de la música india y de Ravi Shankar.
La sola presencia de “Dreaming Awake” sería motivo más que justificado para que el seguidor de Glass se acercase a esta grabación. El resto del repertorio, sin ser tan “raro” no está entre lo más interpretado de su autor lo que convierte a este primer volumen de “Glassworlds” en un interesante punto de partida para una serie que puede atraer por igual al neófito y al experto. Estamos seguros, además, de que el seguidor habitual del blog encontrará en él muchos motivos de disfrute.
Nos despedimos con unos cuantos extractos de uno de los maratonianos recitales de Horvath sobre música de Glass: