Sentada en el borde de mi ventana, fumando el cigarro que incontables veces me prometí no encender.
Estaba atajando la melancolía del amor que no fue, me preguntaba también ¿que hubiera sido de mi presente si no me hubiera subido a ese camión en la ruta 7?
Si no me hubiera enamorado de ella. Si no me hubiera hospedado en ese hostel. Si no hubiera estudiado esto y aquello. Si hubiera perdonado la primer infidelidad. Si no hubiera aprendido otro idioma. Si hubiera proclamado por el miedo en lugar de la valentía. Si no hubiera abandonado la universidad. Si no hubiera conocido a ese amigo.
¿Que sería de mi? ¿Que carájo sería de mi?
Cuantas vidas paralelas pude haber vivido, solo si hubiera cambiado una simple decisión que, desde acá parece inmensa, pero en su momento era una trivialidad.
Tan extraordinario se vuelve el presente al tomar consciencia de todos los diminutos detalles que día a día acontecieron. Yo acontecía, nacía.
Y hoy estoy acá, y sigo tomando “minúsculas” decisiones, y me arriesgo a preguntarme, que estaré tramando con todo esto.
En este ramo de tiempo, en este concreto lugar, me estoy cuestionando: Si decidí vivir viajando ¿donde encontrar mi lugar?
PH: Luellasalomon