Revista Cultura y Ocio

Niña rata asturiana

Publicado el 02 noviembre 2021 por Plasnisk

Herminia es una roedora asturiana que vive en una granja perdida en las montañas de Asturias.

Sus características se deben a un terrible experimento del gobierno.

Una mujer repudiada por la sociedad que fue robada de pequeña del hospital asturiano en el que nació.

Agentes secretos del gobierno se la llevaron, igual que se llevan tantos niños cada año, para realizar sobre ella experimentación ilegal de medicamentos. Una vez que la hubieron sometido, fue abandonada en un contenedor de basura, donde la rescató una amable granjera inglesa asentada en España.

La llamó Herminia. Lo que no sabía la pobre granjera, es que Herminia era el resultado de un terrible error del Gobierno. Su ADN había sido alterado con genes de rata de laboratorio, de esas blancas y con ojos rojos.

A medida que la niña fue creciendo, la anomalía se fue haciendo más evidente.

En lo más profundo de Asturias, crecía Herminia, la única mujer rata conocida hoy en día. Los años han pasado y la normalidad ha regresado, más o menos, al hogar de los O'Dogherty.

Herminia, que prefiere ser llamada Mini, en honor a la ratona más famosa del mundo, Minnie Mouse, crece junto a su madre y otra hermana recogida de las calles en una afable granja bable. Hablan todas un extrañísimo idioma lleno de localismos asturianos, inflexiones irlandoescocesas, y chirridos típicos de roedor.

No fueron pocas veces las que le pusieron mirando a Cuenca con un saco en la cabeza.

En su juventud explotó con mucho éxito el morbo que generaba follarse a una fea. Dejó la prostitución y se hizo auxiliar de enfermería hasta que el hospital estalló.

Se fue a trabajar a otro hospital con la esperanza que ese no estallase. Se casó, tuvo una hija, después se separó y posteriormente se volvió a casar hasta que fue atropellada por un camión que curiosamente la dejó mejor de lo que estaba.

Marchó a los Estados Unidos, donde persiguió su sueño de ser lap-dancer en Las Vegas. Lo consiguió. Ahora se hace llamar Beatrix y todavía no se ha tatuado las axilas, pero ya lo hará. En un episodio de Españoles por el mundo se la pudo ver golpeando al cámara y robándole. No quiere salir en los medios desde que se supo todo.


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