Revista Cultura y Ocio

Ninfómanos

Por Jcbarona


NinfómanosVe uno las películas americanas y parece que hay grupos de terapia para cualquier cosa; veteranos de guerra, familiares de víctimas de terrorismo, padres que han perdido a sus hijos, hijos que hayan perdido a sus padres (distintos claro), alcohólicos anónimos, y el último que he descubierto: el de adictos al sexo.

Ha sido a propósito de una película que no me ha parecido especialmente buena pero si interesante en cuanto el tema a tratar, que es el de las adicciones en general y la del sexo en particular.El sexo, como casi todo, es divertido en su justa medida. Cual será y ¿valdrá la misma para todos?, a mí me da que no, por eso parece tan difícil estar verdaderamente satisfecho. Que podría pensar uno: «ando un poco obsesionado con el temita, voy a hablar de ello en un grupo en el que habrá chicas obsesionadas con lo mismo». Estas cosas son divertidas al principio. Dar con una ninfómana, por ejemplo, debe ser un planazo la primera semanita. ¿Ninfómanos no hay, o lo somos todos los hombres por defecto?Empezaba la película y me preocupé. Yo también miro a las chicas por la calle o donde quiera que voy. Al cabo de unos minutos, por suerte para mí, me salí del perfil. Pornografía y masturbación a todas horas, promiscuidad sexual, prostitución…; todo tu tiempo y tus recursos orientados a eso. Ni tanto ni tan calvo.Dos cosas quiero comentar a propósito de todo ello dentro de las muchas que se pudieran considerar. Una es el matiz importantísimo según el cual cuando te reconoces sujeto de una de estas patologías afirmas de una vez para siempre que eres un enfermo en permanente rehabilitación. Te levantas allí o donde quiera y dices o piensas, me llamo mengano y soy alcohólico, o adicto al sexo, por mas que lleves 5 años sin beber o sin hacerte una pajilla. Que no se te olvide. Uf, qué palo. ¿Y no es lástima que estas cosas no tengan auténtica solución?, que alguien no pueda beber, por ejemplo, ni una sola gota más de alcohol en su vida. ¿Tan imposible será recuperar o conseguir de una vez el autocontrol que te permita tomar el aperitivo o una copa al acabar la jornada laboral?¿Existe el autocontrol, o es un cuento?¡Será posible que cuando verdaderamente te gusta algo ya no lo puedas hacer! Pero no puede gustarte tanto aquello que te convierte en su esclavo.Dos, que hay comportamientos mas escandalosos que otros, con mayor reproche social y peor prensa; eso se pone de manifiesto en la película. La chica es deportista compulsiva y anoréxica no diagnosticada, pero como nadie se lo ha dicho y ya hay otro peor que ella protagonizando la película… El veterano del grupo de sexo se relaciona fatal con su propio hijo y tiene heridas emocionales que no le urgen, ni le hacen reunirse en ningún sitio y, sin embargo, nadie le podrá acusar de no estar haciendo frente a sus problemas.En ocasiones, me atrevo a afirmar que en todos los casos, hay problemas o desajustes que eclipsan otros problemas, propios o ajenos, y pareciera que atendiendo el más evidente estaremos haciendo todo lo que hay que hacer. Por partes, claro que sí, pero siendo honestos con nosotros mismos, con el otro y, eventualmente, con los demás; el cónyuge, la familia, los compañeros o los amigos. A cada cual lo suyo que decían los romanos. Eso será lo justo en todas las direcciones propias de las relaciones interpersonales entre seres humanos con su trastienda correspondiente.
Propongo para acabar un grupo de terapia para aquellos que no tienen vicio alguno. Se levantaría uno para hablar y diría: «me llamo mengano y hace años que ni siento ni padezco…». Sabes qué: confío en no verte nunca por allí.

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