Hay caminos que no llevan a ninguna parte. También hay caminos que sirven para llegar y otros que sirven para irse. Hay caminos fáciles de recorrer y caminos espinosos, caminos rápidos, ondulados, montañosos o trascendentes. Caminos para todos los gustos. Caminos que van y caminos que vienen, caminos propios o ajenos, privados o públicos, caminos de rosas o caminos de espinas.
En este caso son caminos que parecen salir de ningún lugar para llegar a ningún sitio, caminos sin principio ni final cuya importancia está en el medio, en lo que el caminante encuentra cuando lo recorre. En ocasiones es más importante transitar el camino que llegar al final, pero eso ya lo sabemos ¿no? Sí, lo sabemos, nos lo han dicho un millón de veces y podríamos repetirlo como loritos, pero no sé yo si lo aplicamos en nuestras vidas. Me parece que seguimos queriendo llegar a algún sitio y no nos estamos deteniendo a disfrutar y observar las maravillas que el camino nos ofrece. Maravillas como estas, sacadas de estos cinco caminos:
Maravillas que no hubiésemos visto de haber estado pensando en el final del camino. De acuerdo, no son más que flores silvestres y alguna que otra amapola, pero bajo nuestra mirada se convierten en algo propio, algo solo nuestro. No seríamos los mismos si nunca en nuestra vida hubiésemos visto amapolas, os lo aseguro.
Los caminos sirven para muchas cosas, básicamente para ir de un lugar a otro. Por lo general se avanza o se retrocede, depende del punto de vista, pero lo que está claro es que se está en movimiento. Nadie emprende un camino para luego no ir a ningún lugar. Eso sería una especie de fracaso. Si emprendemos un camino debe ser con la ilusión de transitarlo. Como la vida misma. Desde que nacemos nos enseñan el camino. El de cada uno, el que vamos a recorrer hasta el final. También en este caso ya sabemos el final, de manera que lo importante no es llegar, de hecho no tenemos ninguna prisa. Lo importante es transitarlo con los ojos bien abiertos para que no se nos escape nada, para poder apreciar todas las notas de color que la vida nos regala. En eso estamos. En eso estoy.