Por mucha buena voluntad que tenga el otro, tú ya estás en una posición que no es de igual a igual porque tienes que pedirle ayuda. Y se van pervirtiendo tus relaciones sociales, la gente con la que te vas encontrado, tus amigos, el señor de la cafetería, con quien subes al autobús… , todos se convierten en tus asistentes eventuales.
Aunque lo peor es que tus familiares ya no son más tus familiares, son tus cuidadores. Y es que, entre otras cosas, las familias no tienen ninguna razón para pensar que te va a ir bien en la vida. No tienen ninguna referencia sobre eso. Todo el relato social que hay es trágico. Entonces ese miedo hace que su comportamiento hacia a ti llegue al punto de anularte como persona.
Leído en http://esclerodiario.blogspot.com.es/2016/10/entrevista-antonio-centeno-sexualizar.html