Las movilizaciones que se producen estos días en Valencia, cuyo origen es una protesta de carácter estudiantil, han sido instrumentalizadas por movimientos antisistema y de extrema izquierda. De hecho, de las personas que fueron detenidas por la Policía durante los incidentes que se registraron el pasado lunes, ninguna pertenece al Instituto Lluis Vives, donde se han originado las mencionadas protestas. Del total de arrestados desde que se iniciaron los incidentes, 45, tan sólo tres son del referido centro.
Ello no fue óbice para que la maquinaria propagandística del progresismo militante, se pusiese en funcionamiento a vociferar contra las sedes del Partido Popular. Esta elevación del tono de voz es consustancial con la izquierda moderada: Lo hicieron contra Aznar la víspera de unas elecciones generales y lo hacen ahora contra una actuación policial promovida por un mando de las fuerzas de orden público designado precisamente, por Rubalcaba. Después se pregunta uno como es posible la protesta si de los lesionados, los más numerosos y graves son los propios policías y también, como y porqué, está cuajada de menores una manifestación de esta catadura. Parece tratarse de desestabilizar al gobierno en todos los frentes, desde la reforma laboral (que como indicamos ayer, aplican los mismos sindicatos que la protestan) hasta la supuesta sobreactuación policial contra unos manifestantes profesionales de los movimientos antisistema. Y eso que solo lleva dos meses, sin haber alcanzado los supuestos cien días de gracia; no quiero pensar como será el resto de la legislatura.
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