Ahora que está tan de moda ese término “NINI” haciendo referencia a un colectivo de jóvenes, que ni trabajan, ni estudian, ni na de na. Me llama la atención algo, de lo que os quiero hablar.
Resulta ser, que dónde vivo, en las cercanías, había sido un campo de amapolas durante muchos años, de repente, el lugar que carece entre otras cosas de ambulatorio médico, instituto o una red de comunicaciones mínimamente dignas, se ha convertido en un campo de golf. El territorio, no era más que un patatal, pero eso no fue problema para que la sociedad de turno, hiciese lo propio y convirtiese el reducto en un auténtico vergel, paraíso para un conejo y con club social incluido. La estrecha carretera, por la que hace apenas unos años, tan solo cruzaban tractores y el Renault 4 de Eulogio, mi vecino, ha dado paso a Jaguars, BMW y otros vehículos guais. A lo que íbamos, resulta ser que la otra noche, haciendo zapping –que horror- llego a un programa, una especie de reality –no recuerdo siquiera la cadena, intuyo Tele5- donde un grupo de NINIS adinerados, eran sometidos, con el beneplácito de sus padres, a las bajezas más grandes de nuestra sociedad, como trabajar, por poner solo un ejemplo. Es entonces, cuándo pensé “coño, estos son ninis y sin embargo en el programa, les llaman hijos de papa y pijos”.
Una vez más, seguía sin entender nada. ¿Que es un NINI? ¿Hay que tener una edad determinada para ser NINI?¿Pasará lo mismo que con el término Gay o Maricón dependiendo de tu condición social?¿No hay NINIS de más de treinta tacos? Pues sí, sí que los hay, muchos de ellos, en ese campo de golf del que os hablo. Lo digo con conocimiento de causa, desde el tejado de uralita de mi modesta casa –que ha dejado de serlo por tener vistas al golf- observo a alguno de ellos, a diario, como relojes suizos, puntuales a su cita, invierten más de la mitad de su tiempo dándole a la bolita y después drinkeando en el Salón Social. A diario, en horario lectivo, como diría aquél.
¿Son NINIS? No...juegan al golf.
Otro día hablaremos de las consecuencias al medio-ambiente de ese “deporte” sobre todo cuando se construyen campos, como el que han construido junto a mi casa con tejado de uralita.