El economista Santiago Niño Becerra brinda once propuestas para afrontar el imparable deterioro de la economía mundial y dice que cada vez falta menos para que los Gobiernos asuman públicamente que el sistema tiene un cáncer terminal. En su artículo de La Carta de la Bolsa publica una lista con "lo que se tiene que hacer" aunque para los políticos y dirigentes no haya llegado el momento de actuar.
Según Niño Becerra, habría que empezar por una reunión de EEUU, la UE, China, Japón, Reino Unido y los países petroleros de Oriente Medio para hacer el diagnóstico y acordar el cierre de los mercados financieros del planeta durante un mes. Luego, habría que congelar los tipos de cambio y poner sobre la mesa toda la basura que las entidades financieras tienen dentro y fuera de sus balances, lo que desembocaría en la intervención sin miramientos de aquellas cuya situación sea inviable.
En seguida, habría que analizar una a una la deuda total de todo el sistema financiero y regular la oferta monetaria. Y a partir de ahí lanzar una ofensiva en toda regla, "a sangre y fuego", contra el fraude y los paraísos fiscales. Para ello se debería acordar una amnistía fiscal "total y completa".
Para continuar, y de forma inmediata, los países deberían realizar un análisis de la eficiencia del gasto bajo criterios técnicos y no políticos. "Que se casasen necesidades e ingresos, y plantillas también metiendo en el saco a los miembros de la función pública. ¿Por qué se ha de echar a la puta calle a una/un contratada/o eficiente y óptima/o y se ha de conservar a una/un funcionaria/o incompetente?".
Finalmente, el polémico economista apunta que habría que poner en orden los flujos de commodities "de forma que se cuadrasen disponibilidades y demandas necesarias" y acabar con la mafia de las agencias de calificación.
Pero "entre que se asume el cáncer, se piensa en las posibilidades, se pone en limpio una lista parecida a la que figura un poco más arriba, llega Navidad, nos comemos los turrones y nos vamos a enero", sostiene Becerra, que cree que el empeoramiento de la situación no se debe al default de Grecia, sino al reconocimiento de que las deudas que hasta ahora se acumulan son impagables.
"Lo mejor de todo es que pienso que se acabará haciendo, puede que no en ese orden, y sólo a partir del momento que se asuma el cáncer, lo que no sucederá hasta septiembre - octubre", sentencia Niño Becerra.
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Ver artículo de Niño Becerra en La Carta de la BolsaUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización