¿Os acordais de la pareja de "amigos" con los que finalmente no quedamos porque no les apetecía que lleváramos a nuestro bebé porque ellos iban sin niño?. Bueno, pues ayer finalmente nos vimos, hijos incluidos. Y ahora empiezo a entender las cosas.
En primer lugar, en vez de ir a un sitio con mesa y mantel, nos piden ir a un centro comercial. Empieza el mosqueo, no por nosotros sino porque esta pareja siempre ha sido de comer en restaurante.
Llegamos allí y nada más saludarnos nos advierten de que su churumbel, de casi 3 años, no traga a los bebés porque los considera una amenaza. Tonterías, me digo.
¡Ja!. La madre se sienta conmigo en un banco corrido del Vips, con el niño enmedio y a los 5 minutos de estar hablando entre nosotras se vuelve hacia mi y me arrea una leche en la cara diciéndome: "¡que te calles!". El niño no quería que su madre hablara conmigo porque "es mala y no me gusta su hijo" o "ese niño es muy malo, no quiero que hables con ellos".
Si la cosa hubiera quedado ahí, me daría con un canto en los dientes. Pero resulta que el niño iba comido de casa (confirmado, no comen con el niño fuera de casa) por lo que se pasó toda la comida asomándose al carrito de mi hijo, con intenciones siniestras. De primeras, dándole toquecitos en la cabeza y en la cara, mientras a mi se me iban hinchando las narices. Minutos más tarde, veo al lindo angelito con un cuchillo y un tenedor en la mano, a escasos centímetros de mi hijo. Lo primero que le quité fue el cuchillo y ahí ya me declaró la guerra, faltaría más. "Este niño es muy malo y no me gusta y esa me ha quitado el cuchillo". Tócate los ***, el pobre de mi hijo hasta le sonreía, ajeno al daño que le querían hacer.
Afortunadamente, mi hijo se durmió enseguida, aunque el niño hizo todo lo posible porque se despertara, porque su única obsesión durante toda la comida fue fastidiarle lo máximo posible. Y si hubiera podido, soltarle una leche.
Menos mal que la comida fue rápida y nos fuimos cada uno por nuestro lado porque yo tenía un nivel de ansiedad como hacía tiempo. Se me estaba poniendo ya el chip de la Esteban, que yo por mi hijo ma-to. Los padres, por si os interesa, bastante laxos y creo que también un poco avergonzados por la actitud del niño. Claro que, si les hubiera dado suficiente vergüenza, no lo habrían consentido.
Yo todavía estoy flipando.
Apreciaciones finales:
1. Los padres nos dijeron que querían darle un hermanito. Me parece a mi que como no le hagan cambiar de opinión y/o le eduquen a tiempo, a la mínima que se descuiden el hermano pequeño va a sufrir unas cuantas putadas. En fin, ellos verán.
2. Una cosa son celillos y otra tener la maldad de querer hacer daño a un bebé. Yo estaba allí y percibí la diferencia.
3. Si mi hijo se convierte en un pequeño monstruito, me da algo. No estoy preparada para apreciar ningún tipo de maldad en mi hijo. Lo que más shock me produjo es ver la total candidez de mi bebé, sonriendo al niño que con cara de cabronazo le daba tobas en la cabecita.