Revista Opinión

Niño Errante

Publicado el 14 octubre 2018 por Carlosgu82

Y si te dijera que volar, trae consecuencias?

A punto de tocar el cemento, de tocar la hierba, de tocar la tierra con mi frente, a punto de sentir el frío de un viento indiferente. Y como lo dije; “A punto”. Porque realmente no tuve esa oportunidad.

Parece que mis pies querían explorar una ruta hacia el norte, tratando de dejarme algún tipo de mensaje en mi zona de confort. Me costaba deducir que el suelo que pisaba se iba a derrumbar dentro de poco tiempo, pero así era, y debía correr.

Empecé el día, sin recordar mi nombre, habrá cambiado algo? el pasado? Mi origen? No podía regresar a mis más antiguas memorias, es como si alguien las hubiera estancado y sellado, ahí estaban, pero no podía acceder a ellas.

Algo confundido, en un día nublado, emprendí un viaje hacia el lago. Cerca de aquel lugar, las rocas estaban establemente firmes, a lo que normalmente no estaba acostumbrado. La brisa era cálida y suave, un calor que alimentaba mis poros. Mi mochila estaba ligera, a pesar de tener todas mis cosas ahí. Al parecer el movimiento migratorio era mi destino.

Al fin encontré lo que estaba buscando, con algo inesperado. Un bote y su barquero. Se veía alto, tenía una gran barba, enormes pies y unas botas gigantes, y con una esencia oscura, no malvada, pero oscura.

Le dije que por favor me llevara hacia el horizonte, donde termina las vibraciones de las hojas caídas en el lago. Su trabajo y su codiciosa ambición, lo llevo a pedirme algo a cambio del viaje. Revise hasta el último de mis bolsillos, aun así casi seguro de que no tenía nada. Encontré una dorada moneda, se la di, y me dijo:

-Barquero: Emprenderás solo este viaje, niño?

-Niño: Si, lo que antes tenía ya se desvaneció, ahora busco un nuevo camino.

-Barquero: Tan pequeño y grandes expectativas.

-Niño: La circunstancias me hicieron tomar medidas extremas.

-Barquero: Que vas a hacer, al llegar al otro lado?

-Niño: No lo sé, espero que la lluvia al menos, ya haya terminado

-Barquero: No te preocupes, nada es para siempre.

-Niño: Que harás después de dejarme en el otro lado?

-Barquero: Ser el puente de otros como tú, niño errante. Los que tengan el valor de escapar del miedo, y arriesgarse a encontrar un nuevo destino.


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