El objetivo para una dieta sin alergias es evitar el consumo de todos los alimentos que contengan el producto causante del trastorno en el niño.
Cuando un niño es alérgico a algún pescado en concreto, por lo general también lo es a la mayoría de los pescados. Por lo tanto, es recomendable evitar la ingestión de cualquier otro tipo de pescado, tanto blanco como azul, hasta que la alergia sea definida con exactitud mediante las correspondientes pruebas médicas.
No ofrezca al niño alimentos que hayan sido cocinados con caldos de pescado, aunque sean arroces, patatas, pasta, etc…
No debe consumir productos fritos en aceites donde se haya cocinado pescado.
Para consumo del niño, evite usar recipientes y otros utensilios que hayan sido utilizados en la elaboración de pescados sin haberlos lavado y aclarado perfectamente.
Si el niño ha presentado dificultad respiratoria, picores o prurito en alguna ocasión, observe si los síntomas se agudizan cuando hay pescado en casa aunque no lo coma, o cuando entra en una pescadería o establecimiento donde haya pescado. No lleve pescado a casa y consulte con el médico.
Por lo general los crustáceos (gambas, langostinos, etc…) o moluscos (calamares, pulpo, mejillones, almejas, etc…) no producen la misma reacción, pero pueden dar lugar a confusión puesto que muchas veces se cocinan junto al pescado, con caldos de pescado o aderezos que contienen harinas de pescado. Si existen dudas respecto de algún alimento, no lo utilice.
No debe consumir el llamado surimi o las barritas de cangrejo, porque estos productos también están elaborados con harinas de pescado.
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