Hasta ahora nuestros hijos podían mantener la atención en sus juegos por un tiempo muy limitado, pasando de una actividad a otra de forma casi descontrolada. Pero a partir de los 3 años veremos como van empezando a autorregularse, a pesar de que no podemos pretender que estén sentados durante largos ratos haciendo una misma cosa.
Entre los 3 y los 5 años los niños irán siendo cada vez más capaces de controlar su atención, focalizarla y planificar lo que quieren hacer. Lo podemos ir viendo en tareas sencillas y en los juegos que realizan.
En cuanto a la memoria, los niños de 3 a 5 años empiezan a ser capaces de utilizar estrategias para memorizar, como repetir, narrar o señalar lo que han de recordar.
La memoria autobiográfica (recuerdos de la propia existencia) es la que se desarrolla más pronto (entre los 2 y los 4 años, los niños son capaces de describir sus recuerdos). Este tipo de recuerdos constituirán la base que necesita el niño para poder generar nuevos conocimientos.
Los padres podemos estimular estos procesos cognitivos básicos a través del juego. Existen diversidad de juegos que permiten que nuestros hijos desarrollen y ejerciten su capacidad de atención y memoria, uno de ellos es el más que conocido juego de las parejas o memory, del que hablaré próximamente.
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