El juego simbólico es el juego por excelencia, o casi por definición. Si recordamos nuestra infancia ... la típica pregunta que hacíamos a nuestros amigos y compañeros cuando salíamos a jugar era: ¿Jugamos a policías? o ¿jugamos a princesas? o ¿por qué no jugamos a ser mamás?. Esto es juego simbólico. Jugar a ser ... o imitar o imaginar situaciones
Como padres ya lo habremos observado, este tipo de juego se inicia alrededor de los 2 años, cuando juntamos un par de sillas una al lado del otro y simulamos que vamos en coche, o en fila y realizamos un tren. O cuando nuestro hijo coge una cuchara y le da de comer sus muñecos. Pero a partir de los 3 años es cuando nuestros hijos se entregan de lleno en este tipo de juegos. El juego simbólico permite a nuestros hijos operar mentalmente con símbolos (objetos, letras, personajes, ...) y manejar realidades imaginarias. Por decirlo de otro modo, les permite pensar. Es así, jugando a hacer de o imaginando que una escoba es un caballo nuestros hijos están aprendiendo a pensar. El juego simbólico permite también que nuestros hijos aprendan a manejar sus sentimientos, ponerse en el lugar del otro (empatía) y liberar tensiones. Lo hemos hablado en este mismo blog al referirnos sobre lo importante que es que los niños se disfracen y adopten el rol de otro personaje. De este modo pueden transmitir su miedo, angustia, rabia, tristeza, ... canalizándolo de un modo adecuado.
Los niños deben vivir este periodo tan rico en elementos imaginativos, etapa en la que su fantasía no para de elaborar personajes y situaciones ficticias. Es precisamente de este modo como se desarrollan psíquica y emocionalmente. Un niño que no juega lo suficiente es un niño que no puede madurar de forma adecuada. Por este motivo debemos ser especialmente cuidadosos con las horas que nuestros hijos pasan frente al televisor, vidoconsolas, tablets o ordenadores. Este tiempo que es un tiempo que pierden, impidiendo que desarrollen todo su potencial creativo e imaginativo. Por otra parte, debemos dejar que los niños jueguen solos, a su aire, que sean ellos quienes dirijan su propio juego aunque podamos hacer alguna sugerencia. Pero es muy importante dejarles jugar a su libre albedrío sin interferir demasiado en sus juego tal y como podemos leer en "Mamás entrometidas ... cuando jugar ya no es divertido", artículo publicado en este mismo blog. A veces la intervención de los adultos interfiere en exceso en el juego bloqueando la espontaneidad y creatividad de nuestros hijos.
Un niño que sabe jugar será una adulto que sabrá sentir y pensar. (Luciano Monetro, doctor en psicología y asesor de la revista Ser Padres Hoy).
Para jugar a ser o inventar cualquier situación no son necesarios juguetes muy sofisticados, cualquier elemento puede servir para abrir la fantasía de nuestros hijos. Por lo que recomiendo que tengamos siempre en casa una parte de juguetes que puedan servir para diversas cosas: plastilina, bloques de construcción, materiales para dibujar, pintura de manos, títeres, ...
También debemos tener disfraces, herramientas, cochecitos de muñecas, muñecos diversos, triciclos, caballitos, ... Recomiendo la lectura del artículo ¡Una de piratas! Algo más que disfrazarse, para saber un poco más sobre este tema.
Dejemos que nuestros hijos se expresen libremente jugando, es precisamente así, jugando como nuestros pequeños aprenden y se hacen mayores. En el artículo "Desarrollo infantil y juego" recojo 10 ideas sobre la importancia del juego infantil para el correcto desarrollo de nuestros hijos.
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