Revista Diario

Niños de alta demanda: Un caso para "Friker" Jiménez

Por Belen
Antes de que mi hijo cumpliera los dos años empecé a buscar información en internet, buscaba documentación, estudios, artículos, libros, webs, donde se hablara de niños hiper demandantes, niños llorones, niños extremos, niños intensos. Y sinceramente, no esperaba mucho, creía que encontraría algún mensaje encriptado tipo "qué exagerada eres". Pero no, cual fue mi sorpresa cuando encontré muchísima información al respecto y una web interesante con foro incluído donde se hablaba explícitamente de Bebés de Alta Demanda. Hoy en día está un poco desactualizado, pero aún así merece la pena echar una ojeada y mirar también el foro. Ahí se masca entre líneas la angustia de madres y padres que se enfrentan cada día a unos hijos que no esperaban, que no se adaptan al patrón de hijo que hoy en día queremos.
El término bebé de alta demanda era nuevo para mi, ni tan siquiera sabía que había niños a los que se catalogaba tal cual. Aterricé por esos lares por el comportamiento de mi hijo: dependiente, intenso, activo, incansable, demandante al extremo, pocas horas de sueño seguido, y algunas cosillas más. Dicho así puede sonar a "como cualquier otro niño". Pero no, no era como los otros niños, no era como los niños del parque, como los niños de mis amigos, como los hijos de familiares. Todo era elevado a la enésima potencia, todo era exagerado. Y como él era así, su etapa de berrinches también lo fue.
Encontré a muchas madres y padres que contando sus experiencias intentaban ayudar a los nuevos papás en su aventura, y en mi caso lo consiguieron. Relataban sus duras experiencias al nacer sus hijos: llantos incontrolables, noches sin dormir, el mal llamado insomnio infantil, dependencia absoluta. Eran casos realmente duros. Y aunque me identifiqué con muchas de aquellas personas y mi hijo cuadraba en muchas cosas, finalmente pude ver que no era un niño de alta demanda aunque sí excesivamente demandante.
Esta semana Mamáreciente ha sacado el tema en su último post que podéis leer aquí. Ella cuenta el caso de una madre con su hijo en su sillita extremadamente tranquilo (lo que ella llama bebé de baja demanda), en contraposición con su hijo, que debe ser muy similar al mío.
En este blog se ha llegado a comentar que los bebés de alta demanda no existen, ¿¿¿cómo???. Opiniones hay desde luego para todos los gustos, que duda cabe , pero me parece incluso injusto pensar esto. Injusto hacia muchos padres y madres que como yo nos hemos sentido incomprendidos, acusados, juzgados y hasta catalogados como blandos.
Ahora con casi cuatro años puedo decir que mi niño duerme de un tirón por las noches, que duerme en su cama, que muchas cositas las hace solo, como vestirse, ir al baño, comer, etc. Pero llegar hasta aquí ha sido duro. Llegar hasta aquí ha supuesto plantear muchas estrategias de crianza, pensar una y otra vez que me estaba equivocando, y como no, pensar que era culpa mía y solo mía. Su dependencia continua, no os vayáis a pensar. Una mamitis extrema de la que muchas veces os hablo, pegado a mi y sin dejar que delegue en nadie para ciertas cosas. Incansable desde que se levanta hasta que se acuesta, tolerancia cero a la frustración, manías y obsesiones. Todo ello hay que irlo lidiando día a día. Sigue siendo intenso en sus emociones y sensible al extremo. Esto no es tan fácil como le levanto por la mañana, le llevo al cole y ala, ya llegará cansado por la tarde y me dejará leer un rato, o trabajar al ordenador. No, en mi caso no es así. En mi caso, aún cuando escribo al ordenador (salvo ahora que afortunadamente aún duerme), le tengo conmigo.
Con esta edad sé que otras madres amigas pueden estar haciendo otras cosas, y sus hijos estar a su lado jugando tranquilos. No es mi caso, mi niño siempre busca mi participación, mi contacto, el mío o el de su padre.
¿He hecho algo para desencadenar este comportamiento o este carácter? Pues no, ahora sé que no. Por motivos que ahora no vienen al caso, dejé mi trabajo cuando contaba con un año de edad, y me he dedicado a criarle, educarle y cuidarle. No se trata de falta de atención. No he sido solo yo, mi red familiar (padres, hermanos, cuñados) se ha ocupado de él, y tiene un estrecho vínculo con el niño.
Así que, ¿existen los alta demanda? Por supuesto que si. Y conste que mi hijo se queda a medio camino.

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