El contraste es enorme y no acabo de acostumbrarme. En la consulta, con los años, he visto de todo... o casi de todo. Los que buscan desesperadamente a un hijo y, más tarde, recurren a la adopción hasta los que quieren deshacerse de él antes que nazca. Si se fijan el la tabla 9 del informe de las interrupciones voluntarias del embarazo, publicadas por el Ministerio de Sanidad, muchos de ellos se producen en mujeres mayores de 20 años. En el otro lado, casi un 40% de padres que desean adoptar a un niño no lo consigue.
Mi pregunta es: ¿cómo conseguir que algunas de las mujeres que abortan no lo hagan y entreguen el niño en adopción? Sin duda, con dinero para las madres donantes (como a las de alquiler) para que puedan superar los inconvenientes de su embarazo y un estricto seguimiento del anonimato con una agencia seria y sólida de intercambio con principios éticos.
No sé si estoy escribiendo sobre una idea alocada, imposible o que, de una manera oculta, ya se esta realizando. El hecho es me consultan muchas veces para adoptar niños de un riesgo enorme de problemas graves para él y para la familia adoptante. También padres adoptantes con adoptados enfermos graves se han separado por no soportar la tensión a la que se ven sometidos.
El caso de Steve Jobs es ilustrador.