Revista Cultura y Ocio

Niños en el tiempo. Ricardo Menéndez Salmón

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Niños en el tiempo. Ricardo Menéndez Salmón
     "Y así como el instante de la concepción, ese misterioso empuje en el que los dos principios colisionan para cambiar el curso del mundo, resultó inaudible, con ambos actores ajenos a lo que nacía dentro de los cuerpos, así el instante de la desgracia fue también silencioso."
     Y eso es lo que me pasa con este autor. No necesito más que leer la primera frase de cualquiera de sus libros para sentirme bien.  Muchas veces he hablado aquí de las formas de expresarse, el estilo o como lo queráis llamar, y hoy vengo con un claro ejemplo de un autor que tiene una pluma propia y una manera de contar las cosas que lo diferencia del resto. Personalmente me gusta. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Niños en el tiempo.

     Niños en el tiempo es un libro compuesto por tres relatos. Nos habla de La herida incurable para una pareja que supone la muerte de su hijo, exponiendo su dolor. Nos relata en La cicatriz una infancia que bien puede ser la de Jesús, y no hace falta dar más referencias para que todos acertemos a adivinar a qué Jesús me estoy refiriendo. Y cierra el libro La piel, la historia de una mujer y un viaje que es además el viaje de la vida, parando en cada decisión que tomamos y que decide nuestro rumbo como si de un peaje se tratara.
     Antares. No había escuchado jamás ese nombre hasta que comencé esta historia y se mantuvo conmigo durante varios días, como una sombra. Antares: uno de los protagonistas del primer relato, un actor secundario en una representación del dolor más puro, la pérdida de un hijo. Uno no acierta a comprender lo que se debe de sentir y reza por no experimentarlo nunca hasta que Menéndez Salmón nos deja vislumbrarlo en esta historia. Porque cuando los asiduos de Menéndez Salmón cogemos este libro, ya sabemos lo que podemos esperar, conocemos su facilidad para mostrar ese tipo de cosas que otros dejan arrinconadas, y en este caso es el dolor.
     Siempre he oído decir que si quieres tener un taburete que no pierda el equilibrio ha de ser de tres patas. Y eso le sucede a este libro que os he contado es de relatos. Los tres son piezas de una historia que movemos durante su lectura hasta encontrar en la última el engranaje que hace que funcionen, el hilo, el punto de conexión: las palabras. Porque esta también es una historia de palabras y de lo que provocan al leerlas, al escribirlas, al mirarlas. Palabras sencillas y cuidadosamente colocadas que hacen que parezca fácil expresarse con la claridad del autor, que provocan que sea fácil leerlo y caer bajo su embrujo. Y que en este caso, forman una única historia.
     Hoy traigo un libro diferente, como todos los suyos, que se termina de leer con la satisfacción de saber que se está ante una buena historia, de calidad. Y os lo digo cuando ya han pasado días, y me paro un segundo y pienso: Antares, ¿de verdad no he conocido a nadie con ese nombre y es sólo la creación de una pluma?
     Ya sé que lo he dicho, pero me gusta mucho leer a Ricardo Menéndez Salmón.
     Pensaba sacar un libro romántico, pero no se me ocurría ninguno adecuado, aunque algo inventaré aunque sea mañana (creo). Por si no se me ocurre, os pido ayuda: ¿Me podéis recomendar libros que os parezcan adecuados a esta fecha?
     Gracias

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