Revista Cultura y Ocio

Niños en el tiempo. Ricardo Menéndez Salmón

Publicado el 25 junio 2015 por Zazou @biblio_zazou
Hablemos del amor, pero no del amor romántico e idealizado sino de ese sentimiento confuso que enlaza y separa a la gente de un modo que, a veces, resulta demasiado caprichoso.
Hablemos del amor en general y de alguna de sus formas en particular: del amor de pareja, que surge de repente y se trunca cuando menos se espera; del amor a los hijos y su naturaleza fiera y desesperada; del amor al arte, esa expresión idealizada del deseo de eternidad; del amor a uno mismo, que no siempre coincide con el amor propio; y también del desamor, no como final sino como carencia.
Hablemos, porque las dificultades vienen cuando callamos; y callamos demasiado.
Las tres historias que componen la novela están recorridas por silencios y ausencias, una línea espiral que orbita alrededor de la línea del tiempo, una sucesión de ondas superpuestas de las cosas que no se dicen. Sostenida en el largo compás que lo contiene todo, una nota negra y redonda: el dolor.
Esta forma triangular de la novela, tan angulosa y de nexos subterráneos, resulta un tanto desconcertante a ratos por la aparente independencia de sus partes, por esos cambios que parecen rupturas. La cohesión es, en realidad, interna. Atada al tema de los de los hijos y su ausencia; y de la literatura como creación, también. Una indagación sobre el sentido de la pérdida.
«La noche más triste nunca es la primera. Pero la primera noche triste es la más larga de las noches tristes por vivir, aquella en que la extensión de la herida se muestra infinita.»Introspectiva y delicada, con un cierto toque de arritmia que permite tomar distancias, acaricia aunque no arrebata; te deja espacio para pensar.
Niños en el tiempo. Ricardo Menéndez Salmón
Esta lectura es una de las tres elegidas para el reto Serendipia Recomienda y llegó recomendada por Rustis, del blog Rustis y Mustis leen

Volver a la Portada de Logo Paperblog